La sombra de una intentona por judicializar los comicios anda presente
El allanamiento de la casa de Eduardo Rivera en Zavaleta levanta sospechas.
¡Vecinos y vecinas! Toca arrancar semana dejando atrás el desfile del 5 de Mayo, olvidando los carros alegóricos, las insoladas y la visita obligada a la Feria de Puebla. Además toca arrancar envueltos en un ambiente electoral sumamente turbio, donde ni siquiera la vista del presidente Andrés Manuel López Obrador pudo serenar los ánimos caldeados de más de un actor político. Y es que el extraño y desafortunado suceso del allanamiento de una casa contigua a la del candidato panista Eduardo Rivera Pérez, en un exclusivo fraccionamiento de Zavaleta, hace que más de uno se pregunte varias cosas y sospeche hasta de su sombra.
La primera, por supuesto, se relaciona con la inseguridad desbordada que existe en la capital del estado, una capital que, dicho sea de paso, fue gobernada hasta hace unos meses por Rivera Pérez y que ahora es administrada por Adán Domínguez Sánchez, brother de piquete de panza del panista. Ya van varias veces que se critica la estrategia, o la falta de ella, y curiosamente en cada campaña, los candidatos sean del partido que sean, presumen que sí podrán con la inseguridad en la ciudad y que sí podrán poner orden en el estado. Pero, ¡oh, decepción! Cada trienio o sexenio es lo mismo. La inseguridad está desbordada. Otra pregunta tiene que ver en que si fue un hecho directo contra él o si fue algo casual, pues según unos vecinos enterados y chismosos que tenemos en la Fiscalía, en el allanamiento la familia de vecinos dijo a los maleantes que si no sabían que ahí vivía el exalcalde, a lo que respondieron: “¡Ah! ¿Sí? Pues los recibiremos con un plomazo”. Es decir que existe la posibilidad de que los amantes de lo ajeno no supieran ni en lo que se estaban metiendo. Pero también, ¿quién de ustedes le cree a la fiscalía? Una pregunta más tiene que ver con la sorprendente rapidez con la que se detuvieron a los malhechores, pues cuando a los vecinos les llega a tocar un evento similar la justicia suele trabajar con tortuguismo, y ni es pronta ni expedita, ni las autoridades prometen investigar “hasta las últimas consecuencias. Estas y otras preguntas más son el abono perfecto para la incertidumbre electoral, y que de facto provoca que los focos se enciendan y que no se minimice lo que sucede. Hay incluso algunos aventurados que dicen que esto favorece al candidato opositor en su búsqueda por al gubernatura, al tiempo de que perjudica al aspirante a la alcaldía por la coalición opositora, Mario Riestra Piña. Unas por otras. Lo que es cierto es que la sombra de una intentona por judicializar los comicios anda presente. Y ese escenario no se tenía presente en las oficinas de Morena. Curiosamenteson los mismos morenistas quienes se han encargado de que el velo de la incertidumbre se pose sobre Puebla, gracias a sus estrategas, voceros y operadores. Eukid Castañón Herrera es una ficha clave para el ensombrecimiento de este proceso electoral que nada bueno nos ha dejado. De mientras, nos toca estar pendiente de qué otras cosas suceden, porque segurito, segurito, segurito este evento no será aislado. Ya saben lo que dicen los cínicos: en la guerra todo se vale. * Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected] |
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