Debate pone de manifiesto que quien llegue a gobernar lo hará con cola larguísima

El debate de la candidatura de Puebla se llevó acabo y se demuestra quien lleva la delantera

¡Ayayay, vecinos y vecinas! 

Pues ya pasó el debate entre candidatos a gobernador de Puebla, un debate que nos trajo anécdotas, corajes, burlas y memes. 

¡Benditos memes! 

No cabe duda que a pesar de que los habitantes de esta vecindad llamada Puebla andan bastante hartos de temas políticos, recordando esa muy extraña etapa donde el estado estaba tapizado con fotos y nombres de preprepreprecandidatos, la realidad es que el debate no estuvo tan malo como se imaginaba.

Entre ataques, golpes bajos, burlas, reclamos y cartulinas; preguntas frontales, respuestas omitidas, lenguas mordidas y complicidades, el debate fue un ejercicio que puso de manifiesto que quien sea que llegue a gobernar Puebla lo hará con una cola larguísima.

Lalo atacó, Armenta hizo lo propio, Fosfofer también tundió.

Hablaron de proyectos y modos de gobierno.

Hablaron de Mario Marín repartiéndose culpas, endilgándose amistades y compadrazgos.

Hablaron de Agua de Puebla, corrupción y montajes.

Hablaron de que uno es mejor que el otro, de hipocresías, de inseguridad y también de fraudes, daños al erario público y nexos criminales.

Armenta le dijo priista a un panista.

Fosfofer dijo que sí, que sí era cierto.

Lalo atacó la administración de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, enfundado en el arrojo que necesitaba desde el inicio de la campaña. 

Hablaron de mucho, pero omitieron el tema de la despenalización del aborto, no hubo menciones a la reforma judicial ni a la rendición de cuentas. 

Los temas de finanzas públicas, un tema bastante necesario luego del desastre heredado por Miguel Barbosa, educación y salud, pasaron de largo.

Tristemente, éste fue el único debate porque el Instituto Estatal Electoral (IEE) no pudo hacer más o no quiso, siendo que los candidatos demostraron que traían el arsenal suficiente para al menos un enfrentamiento más con otros formatos no tan acartonados.

A todos en esta vecindad nos quedó la sensación de que pudieron debatir más y mejor. 

¿Hubo un ganador?

Pues la mera vedad es que no hubo un vencedor claro, y pese a las clásicas maniobras de declararse el “rey de reyes” y del ruido en redes sociales, podemos decir que existió un empate.

¿Y eso qué quiere decir?

Pues que este debate no va a cambiar la manera de votar de las y los vecinos de Puebla. 

Quien eligió ya lo hizo desde hace mucho.

Las malas campañas que se han realizado, así como las polémicas que las han acompañado, motivan a que los que se supone pueden cambiar el rumbo de la elección no vayan a votar.

Eso, por supuesto, termina favoreciendo al puntero que, en cruce de encuestas, lleva varios puntos de ventaja, y su nombre es Alejandro Armenta Mier.

Así las cosas.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más 

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