Luego de lamerse las heridas, el PAN deberá diseñar una estrategia que les permita sobrevivir

¿Siguen echando confeti por la victoria de su candidata o candidato predilecto?

¿Andan echando espuma por la boca porque nomás sus favoritas o favoritos perdieron?

Ahora sí que para todos alcanza en esta viña del señor.

Oigan, ¿se han preguntado por el destino político de Eduardo Rivera Pérez luego de la zarandeada recibida en las urnas el 2 de junio?

Ya hay algunos adelantados que lo quieren anotar como dirigente blanquiazul luego de que Augusta Díaz de Rivera no dio el ancho, siendo ella quien cargará con el más que gigantesco peso de la derrota.

¿Será correcto ver al expresidente municipal y excandidato comandar los destinos de Acción Nacional?

La mera verdad es que no.

Ni de broma, el blanquiazul debería, al menos a corto plazo, dar el mensaje de que el ala ultraconservadora de su partido los llevará a tierra prometida.

Y es que son muchos quienes en su momento salieron a cuestionar la designación de candidatos, una nominación que corrió a cargo de los lalistas y que no les fue nada bien en la elección.

De mientras, Lalo debe alejarse de la escena pública.

Guardarse.

Ver cómo se desarrolla la labor de Liliana, su esposa y quien será diputada plurinominal, a quien le toca mostrarse como una figura política.

El PAN deberá lamerse las heridas profundas que le dejó la contienda electoral y después diseñar una estrategia que les permita sobrevivir bajo un nuevo liderazgo.

Se fueron los morenovallistas con la muerte de su líder Rafael.

Se fueron los lalistas con la muerte de Miguel Barbosa.

¿Quiénes llegarán?  

¿Qué grupo nuevo surgirá?

¿Quién tomará la estafeta?

¿Qué proyecto harán suyo?

Difícil, muy difícil la tendrá al panadería más vapuleada del condado.

*

“Son tiempos de consensos y de unidad”, es el mensaje que desde la oposición sale.

“Son tiempos de sumar, y llegar a acuerdos”, ofrece el partido ganador.

¿Traducción?

¡Tiempo de negociaciones!

En estos días y semanas veremos el nada fino arte del “¿cuánto ofreces?”.

Con la sartén por el mango, el partido guinda y sus aliadosse sentarán, si así lo desean, a negociar con sus rivales.

Unos pedirán las perlas de la virgen, otros ofrecerán lo que sea con tal de mantenerse en el juego político y no ser perseguidos, condenados.

Humildad en la victoria.

Serenidad en la derrota.

Con una cámara de diputados, gobiernos municipales y regidurías sin contrapesos, el próximo jefe político de Puebla debe ser prudente.

O ustedes, ¿qué opinan?

*

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org

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