¿En qué se parecen las dirigencias del PAN y del PRI a la dirigencia de la Selección Mexicana de Futbol?

¡Ayayay, vecinos y vecinas! 

Si en este humilde espacio les hemos platicado del despelote que se traen en el Partido Acción Nacional (PAN), donde se pellizcan por debajo de la mesa, y luego piden hacerse del poder blanquiazul sacándose los trapitos al sol y reviviendo temas que ellos mismos ocultaban, pues en el Revolucionario Institucional también hace ventisca.

Fíjense que me andan chismeando que así como en el PAN existe un bloque que pretende sacar al soberbio Marko Cortés Mendoza de la dirigencia nacional, y a Augusta Díaz de Rivera y a su grupo de yunquistas del estatal, en el PRI hay quienes están agrupándose en silencio para darle un albazo a Alito Moreno Cárdenas y a Néstor Camarillo Medina, y sacarlos con todo y chivas.

Y no es por nada, pero la lógica no impera en esos partidos.

Ya hasta se parecen a los dirigentes de la Selección Mexicana de Futbol entercados con mantener al Jimmy Lozano en la dirección técnica.

No olvide que en lugares donde impera el sentido común, tras sendas derrotas, las primeras cabezas que caen son las de los dirigentes.

Y el del PAN y PRI no ha sido el caso.

Pero en política el hueso es el hueso, dicen por ahí, así que a falta de lo lógico, lo metálico.

Resulta que en el tricolor ya hasta están pensando que desde dentro pueden acabar con los vicios de pasado y, por qué no, resurgir como una nueva corriente política.

¡Ternuritas!

No cabe duda que estamos a nada de que así como en el PAN el polémico Javier Lozano Alarcón tundió a su líder de partido, en el PRI veamos lo mismo.

Y es que ya no hablamos tan solo de crisis de partido, sino de crisis de oposición. 

Mientras ellos pelean por la repartición de pluris, el nuevo partidazo que es Morena les comió el mandado sin decir agua va.

Las cosas como son.

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Dicen que se viene en puerta un nuevo escándalo que involucra al infame barbosismo, un escandalote más para ese alebrije de corrupción que fue la administración de don Miguel. 

Dicen que hay otro desfalco protagonizado por Teresa Castro Corro, la extitular de Finanzas que tuvo la iniciativa (ordenada desde niveles altos, claro está) de invertir en un banco que les dio una bicoca de intereses, y ese dinero quién sabe a dónde se fue.

En los siguientes días habrá información al respecto, pero desde ya les digo que bien haría el gobierno, que entrará en funciones en un par de meses, de poner orden en la casa y no dedicarse a tapar con pintura blanca las grietas del pasado.

Por eso, son muchos los que dicen que deben checar muy pero muy bien a quienes pondrán al frente de las dependencias, sobre todo en aquellas desde donde se impulsó la persecución y en las que se fomentó la corrupción durante el reinado de terror del fallecido Barbosa.

¿No creen?

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]

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