El Conalep y los Cobaep se han convertido en auténticas cajas chicas de más de uno

Zaldívar está en la picota luego de que en 2019 la administración de Miguel Barbosa Huerta decidiera enjuiciarlo por presunto desvío de recursos públicos y abuso de confianza cuando fue dirigente del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica del Estado de Puebla (Conalep).

¡Vecinas y vecinos!

A pesar de las lluvias y ventarrones que se han hecho presentes, esta vecindad llamada Puebla es una auténtica sucursal del manicomio.

Y es que la inhabilitación marca llorarás que la Sala Especializada en materia de Responsabilidades Administrativas del Tribunal de Justicia Administrativa le impuso al panista Jesús Zaldívar Benavides, a razón de 15 años, multa de 30.5 millones de pesos, así como para pagar daños y perjuicios por más de 30.13 millones de pesos, es una cosa tan caliente que derretiría el iceberg contra el que chocó el Titánic.

Claro que el panista, quien hasta hace unos días andaba firmando desplegados, señalando a funcionarios del Instituto Electoral del Estado por manejo indebido y manipulación de papelería electoral, salió a llevar su caso en dos planos: el legal, donde interpuso una inconformidad por la sanción; y la mediática, donde se dice perseguido por las autoridades estatales, incluso por el próximo gobernador Alejandro Armenta Mier.

Zaldívar está en la picota luego de que en 2019 la administración de Miguel Barbosa Huerta decidiera enjuiciarlo por presunto desvío de recursos públicos y abuso de confianza cuando fue dirigente del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica del Estado de Puebla (Conalep).

Un tema espinoso, pero que a la luz de los hechos de más de una gestión gubernamental, los colegios como el Conalep y los Cobaep se han convertido en auténticas cajas chicas y ni tan chicas de más de uno.

En el caso de Zaldívar tocará ver cómo se va armando la apelación y qué pruebas se presentan.

Mientras tanto, la dirigente del blanquiazul, Tití Díaz de Rivera, ya salió a respaldarlo (a él sí, porque a otros no) y dijo: “Se presentará una apelación y tengo confianza de que tenga un resolutivo a favor, porque confió en que tendrá éxito y tiene todo mi respaldo”.

Mientras tanto, el gobernador Sergio Salomón Céspedes expresó: “No generen escenarios en donde quieran martirizarse, cuando no hay mártires en esto”.

¡Sopas, perico!

Una cosa es clara, y es que habrá consecuencias por la sanción y la apelación.

Ya veremos en qué termina esta novela, producto de las pasadas elecciones, donde parece que haberse llevado carro completo no fue suficiente.

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La novela que empezó agregando capítulos es la del próximo gabinete de gobierno que acompañará a Alejandro Armenta.

Y es que, entre especulaciones, por fin se dieron a conocer cuatro nombres.

Al son del próximo gobernador, quien dijo “las decisiones las tome yo, es mi responsabilidad, soy yo quien decide, porque si hacen mal quien la pagará seré yo”, se nombró a Javier Aquino Limón, actual secretario de Gobernación de Sergio Salomón, como secretario de Bienestar.

Ana Laura Altamirano Pérez -emblema del campo de Miguel Barbosa, que se vio envuelta en polémica luego de que muchos productores dijeran que solo el cultivo de café recibió apoyo durante su gestión-, repetirá como secretaria de Desarrollo Rural.

A la Dirección de Pueblos Indígenas llegará la ajalpense Apolinaria Martínez Arroyo.

Mientras que uno de los puestos clave, la de secretario de Gobernación, será para Samuel Aguilar Pala.

Dicen que Armenta ya les leyó la cartilla, sobre todo por el antecedente del barbosismo donde muchos secretarios se andaban sintiendo dioses en el poder, haciendo y deshaciendo en Puebla.

Como sea, solo queda esperar a ver el resto del gabinete, y esperar también que hagan bien su trabajo.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org

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