Los aliados de Alejandro Armenta quieren tomar el control de Morena en Puebla para darle forma al nuevo rostro del partido

Desde una lámpara hasta una tapa de baño, por más simple que sea la petición, pueden pasar uno, dos o tres meses y la respuesta siempre es la misma: “no hay material”.

¡Vecinos y vecinas! 

Arrancamos la última semana del mes y la primera semana escolar con el regreso a clases, esa época tan esperada por los padres y las madres que, pese a que los mete a la dinámica de correr desde temprano para dejar a las y los chamacos en la escuela, también les da un respiro luego de que no los tienen que tener todo el santo día en la casa. 

A esos padres y madres de familia, así como a la chamaquiza, mucha suerte. 

Empiecen este nuevo ciclo de la mejor manera.

Eso sí, ya tocará a las autoridades hacerse cargo de liberar tráfico, estar pendientes de que no vaya a haber algún accidente vial, de que las escuelas no abusen y hagan de las suyas con las famosas cuotas escolares.

¡A darle, chavas y chavos!

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Hablando de inicios de ciclos -y del fin de éstos-, pues con la buena nueva que será el primero de septiembre, justo cuando arranca el último mes de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuando el Partido Acción Nacional presente en Puebla sus sesudas conclusiones sobre los resultados electorales donde fueron más zapateados que tablón en fandango.

Se sabe que estas conclusiones se conformaron tras varias entrevistas con la militancia blanquiazul, quienes se supone analizaron y reflexionaron sobre lo sucedido.

Algunos me han chismeado que este análisis, integrado en un documento, no deja tan bien parada a la actual dirigencia, que busca extender su control en el partido un par de años más.

Y es que la militancia es una cosa y los consejeros otra.

Mientras el consejo es controlado por el actual grupo de poder blanquiazul, la militancia está a disgusto.

Además, me dicen que la estrategia de apapachar a dos diferentes aspirantes a dirigir el partido a nivel nacional tiene molestos a más de uno.

Apoyar la continuidad de Marko Cortés Mendoza e impulsar además a Adriana Dávila Fernández para que tome la dirigencia, organizando eventos para que presente sus propuestas, es algo que los incomoda.

De mientras, si se comprueba o no que hay un doble juego, la percepción es que sí existe.

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El cambio de dirigencia en Morena también está a la vuelta de la esquina, algo que más de uno ha aprovechado para querer llevar agua a su molino.

Dicen los vecinos chismosos que el cambio será completo en dirigencia y secretaría, mientras que también hay quienes dicen que será solo parcial.

Lo que es cierto es que ya han salido militantes a pedir que las renovaciones se hagan de manera completa para extinguir rastros de barbosismo que, a estas alturas, ya parecen más esquirlas de barbarismo.

También es cierto que los aliados del próximo gobernador Alejandro Armenta Mier están haciendo cálculos para ser ellos quienes le den forma al nuevo rostro de Morena en Puebla.

Les digo que en todos lados se cuecen habas.

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¿Alguien sabe qué pasa con el departamento de Servicios Generales y el área de Almacén del Ayuntamiento de Puebla?

Resulta que cuando alguna dependencia solicita una reparación básica salen con que no hay material disponible.

Desde una lámpara hasta una tapa de baño, por más simple que sea la petición, pueden pasar uno, dos o tres meses y la respuesta siempre es la misma: “no hay material”.

La pregunta del millón: ¿Dónde va a parar el presupuesto asignado para la compra material y reparaciones generales que cada dependencia requiere?

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. Acuérdense que el que se enoja pierde. Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: [email protected]

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