Toca a los morenistas reinventarse desde el continuismo y el costumbrismo

¡Ayayay, vecinos y vecinas!

Ahora sí que poco a poco vemos cómo se empieza a terminar el año, llevando consigo la administración de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, el gobernador que le vino a sacar las papas del horno a Morena en Puebla, luego del pésimo y desastroso mandato del fallecido Miguel Barbosa Huerta.

El caso es que, hacia el exterior, la imagen del gobierno estatal mejoró.

Incluso los errores cometidos por la actual administración terminan siendo minimizados, en comparación con el mandato barbosista que la regó en grande.

Lo más valioso de estos dos últimos años es que Salomón Céspedes vino a reconciliar y a cumplir con las obras prometidas como la nueva sede del Congreso.

Por cierto, durante la inauguración del inmueble, cuyo costo fue de 855 millones de pesos, el mandatario poblano dijo:

“Este no es un edificio suntuoso, sino eficiente. Digno, no lujoso. La casa del pueblo que el pueblo se merece y que sus representantes deben honrar”.

Por su parte, la presidenta del H Congreso de Puebla, Laura Artemisa García Chávez, dijo que honrarán la grandeza del nuevo edificio con la altura y la habilidad de sus propuestas

Que en cada uno de sus espacios resonarán argumentos sosteniéndose en la razón, en el humanismo y en la voluntad de Puebla y de sus habitantes

¡No solo eso!

Aseguró que dejarán siempre de lado los intereses personales y de partido y privilegiarán los de la patria y los de la entidad.

Tocará ver si se cumple, tocará esperar a ver qué tanto despelote se arma en dicho edificio y qué tanto honran la frase del político tepeaquense Miguel Negrete Novoa, escrita en uno de los muros del Congreso: “Antes patria que partido”.

Ya se verá, ya se verá, aunque la mera verdad suena bien complicado.

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Oigan, pues me enteré de que luego de la reelección de Olga Lucía Romero Garci-Crespo como dirigente estatal de Morena, hay bastantes militantes, que no consejeros, inconformes con la designación.

Y es que a doña Olga se le identifica como una de las artífices de hacer a un lado a la militancia y privilegiar a los reconvertidos para tomar candidaturas y hasta puestos políticos.

Lo cierto es que, como diría don Teófilo, a lo hecho, pecho.

Así que toca a los morenistas reinventarse desde el continuismo y el costumbrismo, porque a fuerza de dichos de unidad no se construye nada, sino que se hace con acciones.

Vamos a ver cómo se comporta la nueva, pero la misma dirigencia, quienes seguramente ya andan pasando aguas dibujando el 2027 y analizar si su jefe político vive en Casa Aguayo actualmente, o si lo hará a partir de diciembre.

Nervios mil.

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana. 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

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