Ya el secretario de Gobernación capitalino, Franco Rodríguez Álvarez, dijo que o se portan bien o les echará a la fuerza pública
¡Vecinos, vecinos! Mucho caos el que se instala en las calles y colonias de la ciudad de Puebla. El ambulantaje, ese fenómeno que sirve de botín político en tiempos de elecciones, siempre lleva la sartén por el mango, porque los líderes de las organizaciones, poco más de veinte, según se sabe, acuerdan apoyar o reventar candidatos, poner en picota a los ayuntamientos y generar incertidumbre social y política. Y es que una cosa es el legítimo derecho que tienen las y los vecinos de trabajar para llevar comida a las mesas de sus familias, y otra muy distinta son los liderazgos de las organizaciones que apoyan, luego lo apapachan y luego vuelven a controlar ayuntamientos. Sí, el ambulantaje tomó por asalto el Centro Histórico. Algo que para nada es nuevo, pero que siempre llama la atención por la forma en la que lo hacen. En estos días ya hubo enfrentamientos, plomazos y heridos. Incluso hay quienes dicen que las organizaciones ligadas al Partido Acción Nacional, como Fuerza 2000, que se hizo fuerte durante el morenovallismo, están estirando la liga una vez más para desacreditar el don de mando de la administración municipal actual como en su momento lo hicieron durante el ayuntamiento de la morenista Claudia Rivera Vivanco. No hay nada inocente en este conflicto. Lo que sí hay son intereses. Ya el secretario de Gobernación capitalino, Franco Rodríguez Álvarez, dijo que o se portan bien o les echará a la fuerza pública. ¿Y si eso buscan los líderes ambulantes? ¿Y si quieren usar a sus agremiados como carne de cañón y así poner en duda eso que recientemente declaró el alcalde Pepe Chedraui Budib, de que el suyo es un gobierno que se guía por el humanismo mexicano? ¡Vaya lío el que hay en la capital! Porque el ambulantaje no solo es un fenómeno de estética, como muchos lo pretenden reducir, sino que es un fenómeno social, económico y de seguridad. Y justo el tema de garantizar la seguridad es el talón de Aquiles de toda administración. Así que no nos confundamos, este conflicto se resuelve con acuerdos, no con garrote. ¿Qué tanto aguantará el ayuntamiento para llevar a diálogo este tema sin caer en provocaciones? ¿Qué tanto se estirará la liga entre ambos bandos? ¿Qué tanto quedaremos atrapados entre ambas posturas las y los vecinos de Puebla? ¿Qué tanto es tantito, pues? Insisto que este no es un fenómeno nuevo, y precisamente por eso necesita soluciones integrales acordes a los tiempos que se viven. Ya se verá qué sucede, sobre todo en esta temporada en la que históricamente el ambulantaje se transforma en amo y señor de las calles. Lo que sí es cierto es que en estos momentos debe tomar un papel más protagónico es el titular de Normatividad, José de Ita Martínez. ¿No creen? * Ayer fue la posada navideña y despedida oficial del gobernador de Puebla con los medios de comunicación. Sergio Salomón Céspedes Peregrina llegó al Centro Expositor de la zona de Los Fuertes para cumplir con sus últimos eventos públicos en su última semana de gobierno. El primero en hablar fue Alejandro Suárez, director de Comunicación Social, quien se dijo satisfecho de haber trabajado de la mano de los medios por reconciliar a Puebla; le siguió Pilar Bravo, la decana de las reporteras; ella reconoció que durante el mandato de Salomón Céspedes hubo libertad de expresión sin la necesidad de caer en adulaciones. Por último, el gobernador, acompañado de su esposa Gaby Bonilla, agradeció a directores de medios, periodistas, comunicadores, reporteros y fotógrafos por su análisis y su crítica durante el tiempo que estuvo al frente. “Esa crítica siempre depende de cómo la quiera tomar el actor político, porque la puedes tomar como constructivo o como destructivo; en mi caso decidimos siempre buscar que pudiera ser constructivo. Sin duda a veces no gusta, pero si haces un análisis puntual, por supuesto que sirve mucho, aunque no guste”, dijo. Ante los casi 400 comensales, reconoció el papel fundamental de los medios en la democracia y aceptó que vendrán nuevos tiempos y nuevos retos. Al final, hubo rifa de regalos, aplausos y el ambiente de camaradería que prevaleció durante los dos años de Sergio Salomón, salvo de aquellos que ni se atrevieron a pasar al frente por su regalo por temor a ser abucheados, los que con dotes de grandeza donaron sus regalos al pueblo “noble y sabio”, al mero estilo de la 4T, y alguno que otro lugar vacío, sobre todo de los comunicadores más influyentes de Puebla, que al final lucieron por su ausencia.
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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.
Acuérdense que el que se enoja pierde.
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