Jueves 28 de Agosto de 2025 |
¡Epa, vecinas y vecinos!
Miren ustedes que la novela del PRI poblano no da respiro. Apenas el lunes Néstor Camarillo Medina se bajó del barco tricolor y, para sorpresa de nadie, apareció al día siguiente estrenando playera (y kit completo) en Movimiento Ciudadano: Gorrita, libreta y termo naranja incluidos.
Cambio de ideales mediante, claro está.
Mientras tanto, en la casona de la 5 Poniente, Delfina Pozos Vergara no perdió tiempo: asumió la dirigencia “por prelación” —es decir, porque le tocaba— y su primera decisión fue un clásico de la política mexicana: imponer a su segundo de abordo sin que le tocara.
¡Ja!
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Los estatutos decían que era turno de Gabriela Fuentes, pero Delfina prefirió nombrar a Juan José Castro.
La explicación fue todavía mejor: “así lo decidió el CEN”.
Traducido: “yo no impongo, me impusieron que impusiera”.
Gabriela Fuentes, que apenas había sido colocada como secretaria de Organización por el propio Néstor Camarillo, tuvo que tragarse el trago amargo y quedarse con el cargo que ya le habían encasquetado.
El PRI, siempre tan generoso en su reparto de sillas.
Lo interesante es que Delfina Pozos asegura que con ella llega la “renovación” del partido.
Palabras mayores si recordamos que su presidencia dura apenas hasta el 15 de septiembre. A menos que logre reelegirse —y todo apunta a que quiere— su debut podría ser más breve que el aplauso en un mitin.
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Mientras Delfina Pozos juega al dedazo con aval del CEN, Néstor Camarillo ya anda feliz en Movimiento Ciudadano jurando que encontró a “la gente de sus ideales”.
Ideales, por cierto, que mutaron de rojo a naranja en menos de 48 horas.
Y con la promesa de diez iniciativas legislativas bajo el brazo, porque la reinvención debe venir con papeles y discurso.
La foto del día: Clemente Castañeda dándole la bienvenida a Néstor Camarillo y entregándole su kit naranja. Como si al exlíder priista solo le hubiera faltado un moño y la frase: “Bienvenido a tu nuevo hogar, aquí no pedimos credencial de militancia, solo ganas de sonreír para la foto, y saber bailar al ritmo del nananá”.
Así, en un par de días, el PRI perdió un dirigente y ganó una dirigente que ya empezó con imposiciones.
Y Movimiento Ciudadano ganó un senador que asegura tener “ideas frescas”.
¿El saldo?
Gabriela Fuentes se quedó mirando el estatuto que decía su nombre, Delfina Pozos sacó el mazo para estrenarse, y Néstor Camarillo se llevó termo nuevo.
El PRI poblano no está muerto, dice Delfina Pozos. Y tal vez tenga razón: más que muerto, parece momificado.
Y si sigue renovándose con dedazos y fugas exprés, en una de esas termina reinventado como club de trueque: cambias tu cargo por un termo y todos felices. * Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.
Acuérdense que el que se enoja pierde.
Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org
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