Miércoles 10 de Septiembre de 2025

¡Vecinas, vecinos!

 

Porque no hay plazo que no se cumpla ni hora que no se marque, llegó el gran día.

 

¡Así es!

 

Hoy es miércoles de urnas en la BUAP, esa jornada en la que miles de estudiantes, maestros y trabajadores acuden a votar para decidir el futuro de la universidad… aunque, seamos honestos, todos sabemos que el boleto ganador ya está impreso.

Y sí, habrá casillas en Carolino, CU, el auditorio Julio Glockner y hasta en los rincones foráneos de la Benemérita, con boletas, credenciales, folios, reglas estrictas y hasta un correo electrónico para impugnar.

 

Todo muy democrático.

 

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Pero no nos engañemos, el camino de Lilia Cedillo está tan pavimentado que ya hasta tiene letrero: Reelección 2025-2029.

Mientras tanto, los otros dos valientes —César Cansino y Ricardo Paredes— recorrieron facultades prometiendo refundaciones, reformas, auditorías, dignidad y pluralidad.

Discursos dignos de campaña presidencial… pero con menos eco que una asamblea de grupo estudiantil a las 7 am.

 

Ricardo Paredes, que ya va por su tercer intento, parece más abonado que candidato; y César Cansino, con su plan de “refundar la BUAP”, debió haber repartido cascos y palas porque de otra forma no se entiende.

Lo más curioso es que los grandes temas de la comunidad brillaron por su ausencia. Ni comedor universitario, ni puente en la Atlixcáyotl, ni transporte, ni prácticas para los de Medicina, ni mucho menos el acoso que sufren alumnas y profesoras.

Nada de lo discutido durante el reciente paro estudiantil que puso contra las cuerdas la rectoría. 

 

Aquí los dos candidatos prefirieron el torneo de descalificaciones en redes sociales: memes, indirectas y acusaciones de corrupción sin pruebas.

La política universitaria convertida en X (antes Twitter) universitario.

 

La verdadera pregunta no es quién ganará, ¿qué hará Lilia Cedillo para legitimarse en los hechos?

 

El reto es mayúsculo al ser la Buapachosa una universidad con demandas genuinas, un Congreso de Puebla que ya huele la tentación de meter mano en su autonomía, y una comunidad universitaria que vota con credencial en mano… pero bostezo en el corazón.

Así que sí, habrá urnas, votos y conteo en una elección donde todos fingen sorpresa cuando el pastel ya tiene nombre escrito con betún desde hace días, pero lo cierto es que los contendientes tampoco se pusieron a la altura de la fiesta democrática.

*

Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.

 

 

 

 

Acuérdense que el que se enoja pierde.

 

 

 

 

Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org