Lunes 20 de Octubre de 2025 |
Vecinas, vecinos…
¿Qué tal su domingo azul?
Pues resulta que el PAN poblano renovó su Consejo Estatal en el salón más fifí que encontraron, el Country Club, porque nada dice “Acción Nacional” como votar entre canapés y moqueta recién aspirada. El evento fue justo como se esperaba: con intrigas, traiciones, votación electrónica (para que los errores sean más elegantes) y, por supuesto, la nueva mayoría del grupo de Mario Riestra, que llega con la mira puesta en dejarlo todo bajo control, o mejor dicho, bajo su control.
El cierre fue maratónico: el proceso terminó envuelto en protestas y acusaciones de fraude interno, luego de que militantes denunciaran manipulación del proceso y presunta compra de votos a favor de perfiles cercanos a la dirigencia estatal.
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Sí, ya sabemos que los Riestra-boys dirán que todo es transparente, pero hubo quien olió el humo antes de que empezara el fuego. El exregidor Fernando Sarur pegó el grito en redes: que la votación electrónica “se puede manipular”, que “no será cómplice”, que “me bajo del barco”. Tranquilo, Fer, el barco no se hunde… nomás se acomoda para que todos los asientos tengan la misma vista… ¡hacia el equipo de Mario! Y mientras tanto, en los pasillos del PAN, alguien olvidó cerrar la carpeta de Google Docs y se filtró el acordeón con los nombres de los favoritos para consejeros. Un documento digno del INE versión PowerPoint, donde, ¡sorpresa!, 21 aspirantes resultaron ser empleados del Comité Estatal. Está la fotógrafa, la de prensa, el de redes, y quién sabe, quizá hasta el que sirve el café.
¡Qué conveniente! Nada como tener un Consejo que ya conoce los horarios de oficina.
Entre los nombres ilustres que encabezan la lista de “recomendados” están Blanca Jiménez Castillo y Filomeno Torres Sarmiento, porque en el PAN nunca falta el toque de Cuautlancingo. También figuran las glorias del morenovallismo reciclado -ya saben, esos que antes juraban lealtad al difunto Rafael y ahora aplauden como si nada hubiera pasado-. ¿Qué personajes se bajaron de la contienda para renovar el Consejo Estatal?
Mientras tanto, los del grupo de Eduardo Rivera apenas y mandaron un par de sobrevivientes: Adán Domínguez, Guadalupe Leal y una que otra exregidora perdida. Pocas fichas, pocas chances. Es más, al final, para ponerle más emoción algunos personajes como la mismísima Guadalupe Leal y Pablo Montiel se bajaron de la contienda, por lo que ya todos y todas sabían: por un proceso amañado, carente de imparcialidad y pluralidad.
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En esta partida, el tablero ya viene con las piezas acomodadas desde la dirigencia. Pero por si el espectáculo no fuera suficiente, varios delegados del norte del estado ni siquiera podrán llegar al gran evento: las lluvias los dejaron aislados. Así que el “voto libre y secreto” se ejerció entre quienes puedan llegar al salón con zapatos limpios. Y si no hay quórum, no importa pues el PAN siempre ha sido experto en hacer democracia con los que están… y a veces también con los que no. Al final, se cumplió: el domingo no fue una elección, sino una función. Mario Riestra salió todo sonriente que por fin están listos para comenzar una nueva etapa, con un PAN más ciudadano, más abierto y más democrático… El libreto ya estaba impreso, los actores ensayaron y el público, como siempre, sólo esperaba el aplauso final. Porque en el PAN, las urnas no siempre eligen —a veces sólo confirman lo que ya se decidió en la junta de los jueves. * Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.
Acuérdense que el que se enoja pierde.
Les dejo mi correo por si quieren chismear más a gusto: lavecindad@elpopular.org
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