VARIELALIA

Miguel Campos Ramos ¿Gobernar implica errores, problemas, preocupaciones e incomprensiones? Aludo a la frase que el presidente Felipe Calderón vertió hace días durante una reunión de salud, en cuanto al ejercicio de gobierno. La frase completa, fue: “El gobernar implica muchos desafíos, aciertos, errores, retos, problemas, preocupaciones, alegrías, desde luego, y también incomprensiones”. Llama la atención que entre los ocho conceptos que mencionó, sólo dos son positivos –aciertos y alegrías-, otros dos son azarosos –desafíos y retos-, pero cuatro son negativos: errores, problemas, preocupaciones e incomprensiones. También llama la atención por varias razones: una, porque la frase la dijo a casi un año de concluir su mandato, y a menos de ocho meses de que concluya su poder de facto; dos, porque si eso implica gobernar, ¿por qué entonces hay tanta ambición en llegar a hacerlo?; y tres, porque ¿no se supondría que al haber sido elegido se es, de entrada, bien visto, al menos por quienes votaron en favor? Eso sí, agregó una justificación para querer gobernar pese a todos esos aspectos negativos, aunque no deja de ser dudosa: “Pero si algo le da sentido a gobernar, es cambiarle la vida a la gente, cambiársela para bien, mejorarle sus expectativas de vivir, devolverle la salud, devolverle la alegría y la esperanza”. Digo dudosa porque está claro que ni el país ni los mexicanos mejoramos, ni tenemos mejores expectativas de vida, ni tenemos de vuelta la alegría y la esperanza, a menos que se refiera a los bodrios televisivos de concursos de cantantes y bailes, o a los insulsos campeonatos de futbol, o a los también dudosos resultados de los juegos panamericanos. Quizá en realidad el ejercicio del gobierno no sea problemático, preocupante, incomprensible ni errático. Quizá en realidad el asunto radique en “no gobernar bien”. Y cuando esto ocurre (en todos los órdenes de la vida), es obvio que se obtienen reacciones negativas. Ya que al futbol me referí, observemos a Leonel Messi. Ha dicho en reiteradas ocasiones que “sólo juega”, es decir, no está preocupado por estadísticas, popularidad, y muy posiblemente ni sueldo. Simplemente juega. Y se divierte. Pero hay un detalle: juega bien. Haciendo la analogía, en esencia un gobernante, del nivel que sea, debiera de ser así: simplemente gobernar y divertirse. Pero, ojo: gobernar bien. El asunto es que Messi juega y mete goles, y eso en futbol se llama “resultados”. Y al verse aplaudido, sigue jugando con más ahínco y mete más goles. Y al meter más goles sigue siendo más aplaudido, etc. Y un gobernante no siempre da resultados, menos cuando porfía en actuar sin escuchar las voces públicas. En el caso del presidente Calderón, es lógico que cuando está llegando al ocaso de su mandato se sienta así, pues ni los compromisos centrales que ofreció en campaña los ha cumplido, ni los resultados de su gobierno han dejado satisfechos a los mexicanos, salvo, claro, a ese pueblo ficticio de los mensajes propagandísticos. En conclusión, gobernar no ha de ser tan feo, donde todos quieren. Hasta Damocles quiso, pese a la espada que lo amenazaba. [email protected] www.edicionesmagno.com twitter: @miguelcamposram blog: www.elpanoptico.bligoo.com.mx
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