POLVO AL SOL

Israel TORRES HERNÁNDEZ  La revolución como las escopetas Hoy la conmemoración del 20 de noviembre ha vuelto a lo que solía ser: triste y desaliñada. Lejos quedaron las épocas, sobre todo cuando el PRI dominaba de manera rotunda, en que el mensaje de la revolución mexicana era proclamado con bombo, platillo y confeti como firma discursiva y práctica del status quo. El binomio gobierno-partido representaba el grado máximo de institucionalización y modernidad al que la sociedad había llegado tras batallas y diferencias personales, con la consecuencia eliminación de los caudillos. Las calles, parques y colonias eran inundados de placas o estatuas de próceres y burócratas. Con la llegada del PAN a la presidencia en dos oportunidades el sentido estuvo orientado ya no a las personalidades, sino a las reivindicaciones sociales que el movimiento armado pretendió. El 2010 parecía virar dicho panorama con debates, series televisivas y radiales, festivales, eventos culturales y deportivos. No obstante, y dada la crisis, ese centenario quedó devaluado en un año. Entonces, ¿qué pareció en su lugar? El Buen Fin. 1. Las grandiosas ofertas desde el 10 hasta el 60% en electrodomésticos, muebles, ropa, zapatos que ofrecieron cadenas o tiendas departamentales atrajeron la atención de la población ávida de gastar una parte del aguinaldo, o aprovechar los tres, seis o nueves meses sin intereses, en vez de recordar la importancia del mensaje zapatista sobre la tierra y la libertad, porque ni la tierra ni la libertad son de quienes la trabajan en la medida de que no exijan tal derecho. A otro perro con ese descuento. 2. Numerosos restaurantes, bares, discotecas y botaneros aprovecharon la propaganda del Buen Fin y tuvieron cupo completo al ofrecer bajos precios en el consumo de bebidas alcohólicas. Y pensar que Pancho Villa, como lo expone Paco Ignacio Taibo II en una excelente biografía sobre el revolucionario, detestaba la cerveza (porque sabía a orines) y no dudaba en mandar a fusilar a gente de su ejército que estuviera borracha. Salud por el centauro. 3. El Buen Fin es el primer intento del comercio organizado por elevar el porcentaje de ventas antes de la etapa navideña. El despliegue publicitario en radio, televisión, prensa e internet fue abrumador. El público sólo esperaba las ofertas y los lugares para comprar, a veces por el hecho de hacerlo, sin pensar que ese intento del Viernes Negro en Estados Unidos en muy pocas ocasiones tiene ofertas considerables. En verdad fue un experimento pavloviano pero con tendencia mercantil. ¿O alguien halló ofertas en la compra de libros, documentales, playeras, biografías con el tema revolucionario? Si 1910 fuese una oferta al menos tendría importancia para el comercio. Por último: la nación ha sido saqueada tanto, que ni su legado histórico ha escapado. La rapiña ha hurtado la esencia de movimientos como la revolución y ha dejado a los supuestos herederos una alcancía pobre y rota. La crisis general que hoy vive el país es la oportunidad para repensar cuáles fueron los orígenes y motivos que llevaron a Madero y otros personajes a emprender la lucha contra el autoritarismo, además de ubicar en qué medida el triunfo alejó a la demagogia ramplona. Suponer que con el regreso del PRI al poder la revolución volverá a brillar es echarle polvo al sol.
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