Un retrato novelado de Juan de Palafox

**El escritor poblano Pedro Ángel Palou presentó su libro Varón de deseos, sobre la vida del hoy beatificado y destacado personaje de la época colonial Carlos ESPINOZA EL PASADO jueves por la noche, la catedral de Puebla fue el escenario para la presentación del libro publicado por Planeta, que aborda la figura de Juan de Palafox y Mendoza (obispo de Puebla de 1640 a 1649), uno de los hombres más influyentes del virreinato, pues llegó a ser virrey de la Nueva España. Dividido en ocho capítulos y tomando la biografía oficial como una guía fidedigna, el texto rompe con la cronología clásica, al comenzar el relato desde el momento cúspide: la huida de Palafox y Mendoza a San José Chiapa, hecho que la convierte en una historia de aventuras, que comparte múltiples características en común con las novelas de caballería. “Yo quería que el lector primero se atrapara por el conflicto, para después seguir conociendo la historia del hombre” agregó el autor. Comentó que antes de reivindicar a Palafox en una imagen inmaculada, ponderó las diferentes personalidades del personaje: el necio, el resentido, el orgulloso; así como sus diferentes facetas: el intelectual, el penalista, el humanista y el reformador, entre otros. Uno de los aspectos que más llamó su atención al escribir la obra fue el gran compromiso literario de Palafox, quien durante su retiro en San José Chiapa, y pese a las adversidades, escribió tres de sus más grandes obras. “Ante la idea de la muerte se dedicó a escribir la obra de defensa de los indios; la autobiografía, que es Varón de Deseos, y también un libro de mística… escribir en esas condiciones tres obras importantísimas es sumamente interesante”. Referente a la documentación, comentó que esta inició en el archivo bautismal de Fítero –ciudad natal del personaje-, posteriormente en el Archivo de Indias (Sevila) y la Biblioteca Nacional de Madrid. Asimismo, conoció a uno de los jóvenes biógrafos de Palafox, Artemio López Quiroz, quien le entregó archivos inéditos de vital importancia para escribir la obra. “Es una novela muy lenta a nivel de investigación, debido a las muchas ocupaciones que tenía; después de eso le dediqué un año entero a la escritura”. Por último, refirió que la buena novela histórica biográfica tiene que estar apegada al personaje, “el narrador no tiene el derecho de inventar, sino solo de imaginar, y debe estar bien documentado”. El evento estuvo presidido por el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinoza, y por el obispo auxiliar Eugenio Lira Rugarcía.
  • URL copiada al portapapeles