Héctor Bonilla critica al FIT

  • Al presentar la obra Civilización, habló de la incivilización en el Teatro de la ciudad

 Redacción

EL FESTIVAL Internacional de Teatro Puebla 2011 “Héctor Azar” carece de falta de organización, pronunció el histrión Héctor Bonilla durante la presentación de la obra Civilización, a escenificarse este fin de semana en la sala “Luis Cabrera” de la Casa de la Cultura.

En conferencia de medios en el Hotel NH, Bonilla explicó el origen de su crítica. Su opinión se centra en la representación del sábado de A dónde van los muertos, del grupo argentino Krapp en el Teatro de la ciudad, a la cual acudió su mujer. Según ella, “había un bazar abajo del escenario, nadie podía escuchar lo que decían los actores”.

Dijo que ciertamente es muy importante que haya la ambición de tener un festival internacional en Puebla, pero todos aquellos que colaboran en la realización del mismo deben aplicarse en sus respectivas tareas de la mejor manera, para que el evento funcione.

“Creo que los compañeros del grupo Krapp no se van a llevar una buena impresión ni de México ni del festival de Puebla. No es privativo esto que digo, puesto que los problemas burocráticos en México son importantes”.

No quiere festejar

Respecto a la conmemoración de sus 50 años de trayectoria actoral, Bonilla no toma en cuenta los aniversarios: “mi patrimonio es estar vivo y convivir con la gente que amo, respeto, quiero y estimo… por tanto, ese acto de conmemoración pasa desapercibido, porque lo importante es vivir y convivir”.

Solo unos cuantos personajes han sido entrañables y significativos para él. “Además del teatro, disfruto también el cine y la televisión, cuando están bien hechos, si no, los padezco”.

Comentó que ejercer su profesión como actor le ha dado varios privilegios, entre ellos el que le paguen, lo cual es muy agradable para el actor: “la inspiración en un actor es sacar su niño a retozar, trascender ejerciendo y la relación en el teatro entre actor y espectador; saber que alguien está proyectando algo y recibir el rebote de la impresión que causó y volver a emitir es un privilegio”.

Criticó enfáticamente a aquellos “artistas” exhibidores de intimidades. “Yo la fama la detesto, el único actor que envidio es el Santo, porque no lo conoce nadie”, pronunció.

La Civilización

La obra brinda un retrato ácido, ingenioso y profundo de nuestros gobernantes y la corrupción que corroe al sistema político nacional, aunque su motivo principal no es evidenciar como tal la corrupción que vive el sistema político mexicano.

Por último, el protagonista dijo que la obra, a pesar de contar con un gran sentido del humor, es una amarga reflexión sobre la situación del país y refleja el divorcio brutal del quehacer político con la sociedad civil, la cual no está representada, debido a que hay una corrupción lamentable entre los diferentes partidos políticos del país.

Con información y foto de Carlos ESPINOZA

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