Celuloide

Al otro lado del corazón (Rabbit Hole)  Israel LEÓN O’FARRILL La muerte es compleja, difícil, dolorosa. Contrario al estereotipo que nos hemos forjado en nuestro país –de una sociedad que se ríe de la muerte-, nos afecta de formas que a veces nos cuesta reconocer, quizá producto de nuestra cercanía con occidente y su fuerte influencia en mentalidades y culturas. Por tanto, nuestros procesos de duelo se parecen cada vez más a los vividos en otras latitudes –al menos en los espacios urbanos- y es terriblemente normal que nos cueste trabajo dejar ir a nuestros difuntos. Lo cierto es que, más allá de reflexiones metafísicas, nos duele y punto. En la recién estrenada Al otro lado del corazón (Rabbit Hole), la muerte, como pesadísima carga para los protagonistas, es el punto central. Basada en una obra de teatro de David Lindsay-Abaire (mismo que escribe el guión) y dirigida por John Cameron Mitchell, resulta ser una película cuya intensidad dramática reside en los actores directamente. No hay efectos especiales que puedan apuntalar actores de novena categoría; por el contrario, el fuerte de la misma resultan ser los trabajos de Nicole Kidman- nominada al Oscar por esta cinta-, un sorprendente Aaron Eckhart en una de sus mejores interpretaciones y la siempre excelente Dianne Wiest en un papel breve pero fundamental para la historia. A lo largo de la cinta el público experimenta diversos estados de ánimo junto con los personajes al grado de que la empatía se logra de manera sutil: pasamos de la curiosidad, a la indignación frente a la profunda negación que muestra Becca (Kidman), ante la muerte de su joven hijo; lo mismo, solidaridad frente a la indignación y desconcierto de Howie, su esposo (Eckhart), que sí está lidiando con el duelo. El conflicto entre ambos es contundente pero no llega al escándalo o a un pastelazo hollywoodense ridículo. Es precisamente el personaje de Nat (Wiest) la madre de Becca quien colabora de manera interesante para equilibrar la trama y llevar a los protagonistas a una inevitable y patética resignación. Cabe destacar la actuación de Miles Teller en el papel de Jason, cuya relación con Becca es quizá la más emblemática de la cinta. Ampliamente recomendable para aquellos cinéfilos que disfruten de verse movidos por tramas y actuaciones intensas, lo mismo que por guiones y direcciones inteligentes. Adolescentes llenos de granos que suspiren con la saga de Crepúsculo, por humanidad, abstenerse… Comentarios y sugerencias: http://israelleon.wordpress.com/
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