VARIELALIA

Miguel CAMPOS RAMOS  Frases mitológicas y legendarias La política está pletórica de frases nacidas en la mitología, las leyendas, o algunas historias populares perdidas en el tiempo. He aquí algunas. La espada de Damocles: Damocles, cortesano de Siracusa, envidiaba al tirano Dionisio por los banquetes que daba y por el poder que ejercía. El tirano, al enterarse, lo convidó y lo sentó a su mesa, ante las más exquisitas viandas, pero haciendo que ocupara su lugar, sobre el cual pendía una afilada espada sostenida por una delgada crin. Damocles, al verla, se ocupó más de cuidar que no cayera sobre su cabeza, que de comer. Por eso, tal frase indica que el poder se disfruta pero es muy riesgoso. La manzana de la discordia. Las diosas griegas Hera, Afrodita y Atenea discutían quién era la más bella. Decidieron que Paris, hijo del rey de Troya, eligiera. El premio era una manzana de oro, que le dieron para que la entregara a la ganadora. Todas trataron de sobornarlo (ya desde entonces se usaba). Hera le ofreció poder. Atenea, sabiduría. Afrodita, el amor de Helena. Al darle la manzana a Afrodita, se generó la discordia entre ellas. La frase se quedó para indicar que el poder genera enemistades. (Igual que en la política, ¿no?) Talón de Aquiles. La diosa griega Tetis, madre de Aquiles, lo protegió contra todos los peligros hundiéndolo en la laguna Estigia. Pero lo sostuvo por el talón, que al no mojársele se le hizo vulnerable. En el sitio de Troya, Paris le disparó una flecha que le dio justo ahí y lo mató. La frase indica que todos tenemos un punto vulnerable, o nuestro talón de Aquiles. Nudo gordiano. Gordio, rey de Frigia, amarró una reata a un yugo con un nudo imposible de desatar porque no se le veían los extremos. Llegó Alejandro Magno y, ante el reto, en vez de buscar las puntas, lo partió en dos de un tajo con su espada. La frase alude a que los problemas difíciles acaban de un tajo, sin estudiarlos ni analizarlos mucho. Cruzar el Rubicón. El río Rubicón separaba Italia de una de las Galias (hoy Francia). Julio César fue enviado con su ejército al otro lado, con la prohibición de volver a Roma. Convencido de que Roma era el centro del poder, se atrevió a cruzar de vuelta. Cuando lo hizo exclamó: “Alea iacta est” (la suerte está echada). Por eso cruzar el Rubicón es atreverse a hacer algo muy osado. Arde Troya: al final del sitio de Troya por los griegos durante diez años, éstos urdieron la estratagema del caballo de madera dentro del cual metieron a sus mejores soldados. El rey de Troya metió el caballo, creyendo que los griegos se habían rendido. Los troyanos hicieron fiesta y se emborracharon. Por la noche, los griegos salieron del caballo y acabaron con casi todos los troyanos, hasta incendiar la ciudad. Por eso cuando algo está hecho un desastre (como ahora ciertas partes del país) se puede aplicar la frase arde Troya o está ardiendo Troya. [email protected], www.edicionesmagno.com, twitter: @miguelcamposram, blog: www.elpanoptico.bligoo.com.mx
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