VARIELALIA

Miguel Campos Ramos La política mexicana a través de los dichos ¿Qué es un “dicho”? Hay varias acepciones. Para efectos de esta columna, usaré la tercera acepción del Diccionario de la Lengua Española: 3. m. Ocurrencia chistosa y oportuna. Mencionado lo anterior, repasemos una muestra florida de dichos de índole política (a la mexicana, claro), la mayoría plagada de cinismo, sin duda muy ad hoc con los tiempos que corren. “Soltando el payaso la risa, y soltando la lana”. De curso común en asuntos de gobierno cuando se solicita un favor o un apoyo. “Diosito, ponme donde hay, que del resto yo me encargo”. Aunque parezca un ruego contra el desempleo, en realidad indica “intégrame a la nómina oficial, que de robar yo me encargo”. “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. Todo un clásico. Indica que hay que ser hábil e integrarse al gobierno. “No se debe escupir para arriba”. Es decir, no hay que criticar al jefe ni fastidiarlo, pues la saliva y el fastidio le caerán tarde o temprano a quien escupe. “No se le hace el amor a la nómina”. Por decoro, no pongo el verbo que sin duda el lector adivina. Se refiere a que por ningún motivo un empleado se debe meter con la mujer (en cualquiera de sus modalidades) de un superior, y de preferencia con ninguna de la oficina. “A los amigos justicia y gracia, a los enemigos justicia secas”. El clásico juarista, pero de candente actualidad. “Estamos en el año de Hidalgo”. Indica: robemos (sobre todo en el último año de un gobierno), y que ch… a su progenitora el que deje algo. “Es el año de Carranza”. Variante del anterior, establece que hay que apurarse a robar porque ya no alcanza. “De la obra algo sobra”. Alude a que en cualquier obra pública siempre hay modo de apropiarse de una parte de lo presupuestado. “Caballo que gana alcanza”. Se usa para indicar que en una campaña política, el candidato que va atrás en las encuestas pero en cierto momento se acerca a su oponente y hasta lo empata, gana. “La caballada está flaca”. Aunque ahora, con tanta fémina, podría ser también “la yeguada está flaca”. Alusivo a los partidos que no tiene una buena lista de candidatos a un cargo de elección popular (como le ocurre, por cierto, hoy al PAN para el caso de la próxima contienda presidencial). “El que no tranza no avanza”. Dejé éste al último a propósito, pues quizá es de los más generales, y por tanto no sólo aplicable en la política, sino en la sociedad entera. Podría incluso tratarse del dicho que define a cabalidad nuestra idiosincrasia como mexicanos, pues consiste en atribuir cualquier mejora económica de alguien a sus tranzas, y al contrario, en achacar el raquítico crecimiento de alguien a que es honesto, es decir, no tranza. Se llama “paremiología” al estudio de los refranes (dichos, proverbios, apotegmas, máximas, etcétera), cuyo estudio sin duda ayuda a entender mejor nuestra idiosincrasia, y de manera muy especial nuestro sui géneris comportamiento político. [email protected], www.edicionesmagno.com, twitter: @miguelcamposram, blog: www.elpanoptico.bligoo.com.mx.
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