- El escritor chileno, de 96 años, fue reconocido por su antipoesía, con la que ha desconcertado al mundo durante casi seis décadas
Agencia El Universal 
SANTIAGO, CHILE.- Nicanor Parra Sandoval se convirtió ayer en el tercer chileno galardonado con el Premio Cervantes -máximo galardón literario de la lengua castellana-, el cual constituye un reconocimiento definitivo a la Antipoesía con la que este autor de 96 años ha desconcertado al mundo durante casi seis décadas.
Biografía Nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914. Hermano de la folclorista Violeta Parra, Nicanor llegó en 1932 a Santiago, estudió Física en el Instituto Pedagógico y después en Estados Unidos. En Reino Unido cursó un doctorado en Cosmología en Oxford.
Sus reconocimientos La Universidad de Oxford le distinguió con el Honorary Fellow (2000). Premio Nacional de Literatura (1969).
Su obra Admirado por Bob Dylan, Alan Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra es devoto de Cervantes, Shakespeare, Dante y Gonzalo de Berceo. En este último, Parra creyó encontrar un referente de la antipoesía, pues utilizó "el lenguaje del pueblo" en su creación literaria. Utilizar el "lenguaje del pueblo" es uno de los elementos principales de la poética de Parra, además de su temática.
Su vida Parra vive en Las Cruces, un lugar situado entre Isla Negra, Chile. Afina los últimos detalles de su Anti Museo, que construye en Isla Negra, y da los últimos retoques a dos nuevos libros: Cacha la hueá y El Marica de Shakespeare. Trabaja en una traducción de Hamlet, que seguirá a Lear, rey & mendigo, además de publicar un nuevo tomo de sus Obras completas & algo más. Mientras huye de las entrevistas pero conversa con vecinos, recibe amigos o conduce un viejo Volkswagen escarabajo, Parra debutó en 2010 en cine, como protagonista del documental Retrato de un antipoeta, de Víctor Jiménez, quien le siguió cámara en mano durante diez años. "Antes de ver este documental yo pensaba que era guapo", dijo tras ver el filme el poeta. En su obra Epitafio señaló: "De estatura mediana (...). Flaco de nacimiento, aunque devoto de la buena mesa. De mejillas escuálidas y de más bien abundantes orejas. Con un rostro cuadrado en que los ojos se abren apenas y una nariz de boxeador mulato (...). Ni muy listo ni tonto de remate. Fui lo que fui. Una mezcla de vinagre y aceite de comer. ¡Un embutido de ángel y bestia!".
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SANTIAGO, CHILE.- Nicanor Parra Sandoval se convirtió ayer en el tercer chileno galardonado con el Premio Cervantes -máximo galardón literario de la lengua castellana-, el cual constituye un reconocimiento definitivo a la Antipoesía con la que este autor de 96 años ha desconcertado al mundo durante casi seis décadas. Biografía Nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914. Hermano de la folclorista Violeta Parra, Nicanor llegó en 1932 a Santiago, estudió Física en el Instituto Pedagógico y después en Estados Unidos. En Reino Unido cursó un doctorado en Cosmología en Oxford. Sus reconocimientos La Universidad de Oxford le distinguió con el Honorary Fellow (2000). Premio Nacional de Literatura (1969). Su obra Admirado por Bob Dylan, Alan Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra es devoto de Cervantes, Shakespeare, Dante y Gonzalo de Berceo. En este último, Parra creyó encontrar un referente de la antipoesía, pues utilizó "el lenguaje del pueblo" en su creación literaria. Utilizar el "lenguaje del pueblo" es uno de los elementos principales de la poética de Parra, además de su temática. Su vida Parra vive en Las Cruces, un lugar situado entre Isla Negra, Chile. Afina los últimos detalles de su Anti Museo, que construye en Isla Negra, y da los últimos retoques a dos nuevos libros: Cacha la hueá y El Marica de Shakespeare. Trabaja en una traducción de Hamlet, que seguirá a Lear, rey & mendigo, además de publicar un nuevo tomo de sus Obras completas & algo más. Mientras huye de las entrevistas pero conversa con vecinos, recibe amigos o conduce un viejo Volkswagen escarabajo, Parra debutó en 2010 en cine, como protagonista del documental Retrato de un antipoeta, de Víctor Jiménez, quien le siguió cámara en mano durante diez años. "Antes de ver este documental yo pensaba que era guapo", dijo tras ver el filme el poeta. En su obra Epitafio señaló: "De estatura mediana (...). Flaco de nacimiento, aunque devoto de la buena mesa. De mejillas escuálidas y de más bien abundantes orejas. Con un rostro cuadrado en que los ojos se abren apenas y una nariz de boxeador mulato (...). Ni muy listo ni tonto de remate. Fui lo que fui. Una mezcla de vinagre y aceite de comer. ¡Un embutido de ángel y bestia!". 
