VARIELALIA

Miguel Campos Ramos  ¿Acabaremos esclavos de los orientales? Esta pregunta no es mera ocurrencia. Es, lamentablemente, una realidad muy posible. La sustento con los siguientes datos y referencias: 1. A principios de este siglo, el prospectivista norteamericano Alvin Toffler, celebrado autor del libro El shock del futuro, viajó a países orientales para ver qué estaba ocurriendo con ellos, por qué se hallaban en pleno despegue. Contó, mediante reflexiones que publicó en artículos de prensa, que estuvo en Shangai y su primer asombro fue cuando una mañana, muy temprano, caminó por aquella moderna metrópoli que poco tenía que ver con la China tradicional, y vio a un numeroso grupo de jóvenes frente a un edificio. Pensó que salían de un antro. Pero oh sorpresa. No era antro. ¡Era una librería! Toffler entró al local y observó gran actividad de jóvenes: unos compraban libros, otros los leían, otros los revisaban. La escena se repitió en otras calles. Y lo mismo pasó en ciudades de Japón y Hong Kong. Simplemente los jóvenes orientales, dedujo, estaban leyendo como desaforados. 2. En 2006, en la ciudad de México, se inauguró la biblioteca “Vasconcelos”, que aunque cuenta con varios niveles, para muchos no deja de ser un homenaje al dispendio económico. Pues bien, por la fecha de su inauguración, una maestra normalista que hizo un viaje a Shangai, me ratificó lo escrito por Alvin Toffler. Me contó que conoció en esa ciudad una librería de diez pisos, donde los vendedores andaban en patines para darse abasto con el surtido de los libros que cientos de compradores demandaban. Reflexioné en ello: así que mientras aquí inaugurábamos una biblioteca de varios pisos, allá había una librería de varios pisos. 3. Hace unos meses estuve de visita por la zona de Lomas Altas, en la ciudad de México, y tras la hora de la comida vi a decenas de jóvenes orientales (japoneses, chinos, coreanos) volviendo a los altos y modernos edificios donde tienen sus oficinas, desde las cuales ya están haciendo negocios. 4. Según datos sobre hábitos de lectura, en Japón el 99 % de la población que sabe leer, tiene tal hábito, contra el 1 % de los guatemaltecos, que no son tan diferentes de nosotros. 5. José Emilio Pacheco, en su noveleta Las batallas en el desierto, publicada en 1981 (año desde el cual el protagonista cuenta sus recuerdos de 1948), narra un aleccionador pasaje alusivo a un niño japonés llamado Toru que llegó a México a estudiar. Era el mejor del grupo, sobresaliente en todas las materias, pero los demás niños se burlaban de él diciéndole: “Aja. Toru, embiste.” Toru sabía jiu-jit-su. “Una vez”, narra José Emilio, “se cansó y por poco hace pedazos a Domínguez. Lo obligó a pedirle perdón. Nadie volvió a meterse con Toru”. Y concluye con estas palabras (¿proféticas?): “Hoy dirige una industria japonesa con cuatro mil esclavos mexicanos”. Gulp, ¿no? Y que conste: la frase “Hoy dirige una industria japonesa con cuatro mil esclavos mexicanos (léase trabajadores) corresponde a 1981. ¿Verdad que la pregunta del título tiene sentido? [email protected], www.edicionesmagno.com, twitter: @miguelcamposram, blog: www.elpanoptico.bligoo.com.mx
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