Celuloide

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El defensor, Krabat y El juego perfecto Israel LEÓN O’FARRILL  En los recientes meses he tenido la oportunidad de apreciar algunas entregas interesantes estrenadas este mismo año y disponibles ya a la renta, que bien pueden estar a la altura de un público exigente. La primera de ellas, El defensor (The Lincoln Lawyer, 2011) dirigida por un casi desconocido Brad Furman, narra la historia de un abogado (Matthew McConaughey) acostumbrado a defender a todo la escoria que lo contrate con el argumento de que todo mundo merece ser defendido y que, de manera inopinada, termina envuelto en una espiral de corrupción, asesinato y complicidad. La dirección es estupenda, lo mismo que la historia, escrita por John Romano, conocido por escribir el argumento de El amor cuesta caro de los Hermanos Coen; además, un excelente McConaughey adereza con su trabajo la trama de intriga, tensión y corrupción, justo en el país que acuñó la frase “…and justice for all”. En segundo lugar, vale la pena recomendar una extraña pero sugerente película alemana llamada Aprendiz de magia negra (Krabat, 2008), inteligente y oscura trama -dirigida por Marco Kreuspainter- ubicada en la Alemania medieval en donde un joven Krabat (David Kross) es adoptado como aprendiz por un poderoso brujo (Christian Redl). La adolescencia del muchacho se ve enfrentada a las maquinaciones perversas de su mentor, lo que lo lleva a arriesgar algo más allá que la vida. Destaca la actuación de un maduro Daniel Brül (Goodbye Lenin) como Tonda, uno de los compañeros de Krabat; igualmente el pertinente diseño de producción que recrea las difíciles condiciones de la época. Finalmente, una propuesta un tanto “palomera”, pero que nos hace henchirnos de orgullo al ir descubriendo la trama: un equipo de béisbol de ligas menores de la ciudad de Monterrey que en 1957 participa en un torneo contra diversos equipos del sur de Estados Unidos y logra quedar invicto y llevarse el campeonato. El juego perfecto (The perfect game, 2009) de William Dear, inicia un tanto floja y con poca solidez por parte del reparto infantil; pero conforme avanza la cinta, crece en emoción y simpatía. Genial para verla con la familia y saborear junto con los niños un triunfo sobre el gigante del norte, consuelo un poco tonto, pero algo gratificante. Excelentes propuestas para incrementar el acervo cinematográfico en estas próximas vacaciones e incluso, para añadir a la lista de regalos. Comentarios y consultas: http://israelleon.wordpress.com/