Ripstein, pilar fundamental del séptimo arte en México

** Hace 95 años nació un hombre clave para la Época de Oro de la cinematografía nacional Redacción ALFREDO RIPSTEIN es uno de los hombres clave de la historia de la cinematografía mexicana. Pertenece a la generación de productores que surgen de la llamada Época de Oro del cine nacional. En aquellos tiempos, dicha industria representó la segunda entrada de divisas al país, y el ser productor era un verdadero reconocimiento y prestigio. Alfredo Ripstein se caracterizó por producir cintas cuyos textos fueran de reconocidos dramaturgos o escritores. El crimen del padre Amaro es una adaptación de la obra de Eça de Queirós, además de invertir en producciones basadas en textos de plumas como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Vicente Leñero, Jorge Ibargüengoitia y Naguib Mahfouz, entre otros. Vida Alfredo Ripstein Aronovich nació el 10 de diciembre de 1916 en Chihuahua. Hijo de un comerciante de origen polaco, llegó a la Ciudad de México a la edad de cinco años. A pesar de su confesada poca vocación por el estudio, terminó la carrera de contador público y, en calidad de tal, a finales de los años 30 comenzó a trabajar en la Financiera Industrial Cinematográfica de Simon Wishnack y más tarde en Filmex, donde inició su carrera como gerente de producción y productor ejecutivo, y bajo cuyo contrato trabajó en filmes como El zorro de Jalisco (1940), de José Benavides; Adiós juventud (1943), de Joaquín Pardavé, y La reina de la opereta (1945), de José Benavides, hijo. Finalmente, acabaría por fundar su propia productora, Alameda Films, en 1948 y con solo 32 años. Eran los tiempos en que, con su humor siempre socarrón, comentaba: "Antes, el productor era determinante en el cine, ahora pasó más o menos al quinto lugar. Pero sin productor, no hay película". Alameda Films Alameda Films llegaría a producir y coproducir más de 120 películas. Actores como Arturo de Córdova y el ídolo mexicano Pedro Infante, y directores como Luis M. Delgado y Luis Alcoriza trabajaron a sus órdenes. También su hijo, el popular director Arturo Ripstein, una de las figuras más renombradas del cine internacional: "Los dos tenemos la enfermedad del cine", diría Arturo de su padre. El regreso Alfredo Ripstein estuvo alejado del medio cinematográfico durante muchos años, a causa de un grave accidente, pero regresó con fuerza en 1993, precisamente para encargarse de producir una película dirigida por su hijo Arturo, Principio y fin, que acaparó varios premios Ariel (los equivalentes mexicanos a los Goya) y triunfó en el Festival de San Sebastián. Títulos como El callejón de los milagros, de Jorge Fons, aclamado en el Festival de Valladolid y ganador del Goya como mejor película extranjera de habla hispana, y El crimen del padre Amaro vendrían avalados por Alameda Films en los años noventa. A partir de 1998, Ripstein también se dedicó a la distribución cinematográfica, con objeto de llevar cine de calidad a su país. Alfredo Ripstein deja registradas en la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas nada menos que 98 películas.   Filmografía El crimen del padre Amaro (2001) El callejón de los milagros (1995) Principio y fin (1993) Picardía mexicana (1977) Chabelo y Pepito contra los monstruos (1973) Futbol México 70 (1970) Los recuerdos del porvenir (1968) Corona de lágrimas (1967) de Alejandro Galindo Currucucú paloma (1964) Cristo negro (1962) de Ramón Torrado La maldición de la llorona (1961) de Rafael Baledón El mundo de los vampiros (1960) de Alfonso Corona Blake Misterios de ultratumba (1958) Adiós juventud (1943), de Joaquín Pardavé El zorro de Jalisco (1940), de José Benavides   Premios Recibió el Ariel en 1994 y en 1995 por Principio y fin (1993) y El callejón de los milagros (1995); además, el Mayahuel de Plata por sus 60 años de trayectoria, en 2005, durante el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Muerte: Falleció el 20 de enero a consecuencia de un fallo cardiaco, cuando celebraba su 65 aniversario de bodas en su casa de Polanco en la Ciudad de México. Tenía 90 años.
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