POLVO AL SOL

Des-peñadero literario  Israel TORRES HERNÁNDEZ Cuando los políticos intentan brillar por su talento intelectual terminan como la divina garza: con las patas flacas. Durante la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, el 3 de diciembre, Enrique Peña Nieto presentó su libro México, la gran esperanza: Un estado eficaz para una democracia de resultados, en que lo más relevante, aparte del precio (199 pesos), fue la confusión respecto a un libro que determinó su formación: La silla del águila de Enrique Krauze (sic). Si bien algunos trataron de defenderlo, al ser el candidato de la oficialidad salinista, y otros para criticarlo, por su popularidad preelectoral hacia el 2012, lo importante es conocer cuáles serán las obras editadas en su futuro gobierno por CONAINCULTA y que estarán en las bibliotecas públicas, con la intención de elevar el número de libros leídos al año, de casi uno a uno. Este es mi index peñanietero. 1. “La silla es sueño”. Calderón de la transa. 2. “Los empeños de una campaña”. Chana de la Cruz. 3. “Narco-nación”. Pepe Doloso. 4. “Arráncame la silla”. Gely Mas-tretta. 5. “El amor en los tiempos de la Cocopa”. Subcomandante García Márquez. 6. “La casa de los espurios”. Isa la valiente. 7. “El señor pejedente”. Mickey Astucias. 8. “Por quién doblan las campañas”. Heme el güey. 9. “El vicio y el mar”. Heme el güey. 10. “Chin chin el pinche voto”. Armando Balines. 11. “El santinarcón”. Petarda. 12. “El prinoceronte”. Ionescu-lero. En conclusión: esta parodia de autores y libros no es preocupante, el contexto cultural sí. Peña Nieto es un ejemplo más de yerros formativos en cuanto al hábito de lectura que no ha resuelto el nivel institucional, la SEP en primer lugar, pues está interesada en otros menesteres. ¿Puedo esperar un golpe de timón antes de julio del siguiente año? Sólo, y con muchas reservas, en cuanto al autor. Al menos Corín Tellado y el libro vaquero tenían momentos, pese a relatos cursis o del arrabal respectivamente. Además: un escritor puede ser político, pero no viceversa. A fuerza ni los intelectuales entran. Suponer que no es posible reírse de los políticos, en tanto sí burlarse de nosotros con sus poses de sabios, sería echarle polvo al sol.
  • URL copiada al portapapeles