Hacedores de tradición

  • En el corazón del Barrio de La Luz, la familia Haro, de oficio artesanal, manufactura uno de los elementos representativos de la época
 Texto y foto: Carlos ESPINOZA DESDE HACE 40 años, Pedro Haro, artesano nacido en el Barrio de La Luz, contribuye con su trabajo a preservar una de las tradiciones más bellas de nuestro país, elaborando anualmente piñatas para venderlas durante la temporada decembrina. Don Pedro comenzó a los ocho años a trabajar, ayudando a su mamá a elaborar las piñatas. Al crecer, aprendió el oficio, después comenzó a trabajar por su cuenta. “Esto lo aprendí con mi mamá que en paz descanse, este es el oficio que nos dejó para salir adelante”, comentó el artesano en entrevista para El Popular, diario imparcial de Puebla. Pedro Haro es alfarero y cuando no hace piñatas, se dedica a elaborar utensilios de losa de barro: cazuelas, ollas y jarros. En su taller, también hogar, don Pedro junto a sus hijos María Josefina, Jesús y Pedro comienza la elaboración de las piñatas a principios de noviembre. Su labor termina el Día de Reyes, cuando al vender las últimas piñatas, vuelve a su labor habitual, creando y horneando las piezas de barro que son características del Barrio de La Luz. El procedimiento Primero arman las “ollas de cartón” que servirán de base a las piñatas, aunque también elaboran piñatas con ollas de barro. “Separamos todo el papel periódico para poder unirlo de tres hojas, para que esté grueso y resista, después lo pegamos al molde para hacer la olla. Ya seca la amarramos y comenzamos a pegar los conos”. Para decorar las piñatas, se utilizan los papeles crepe, china y estaño, en diferentes colores, pegadas con engrudo, el pegamento casero. El tiempo de decorado es acorde al tamaño y forma, manejando distintas medidas. Respecto a los picos, trabaja mayoritariamente la de cuatro conos, el modelo típico, aunque también elabora las de siete a las que llama “de los siete pecados capitales” en referencia a la tradición cristiana. Gracias a su labor ininterrumpida, la familia Haro vende al menudeo y mayoreo a clientes de la capital poblana y de otros municipios de la entidad. “Nos visitan cada año y hacen desde antes sus encargos, por eso les damos buen precio”. Su jornada laboral comienza a las 6:00 horas para terminar a las 01:00 horas. La oferta Se venden más las piñatas de olla, “aunque mucha gente busca las de cartón por los niños, ya que creen que se les va a caer el tepalcate en la cabeza y los descalabre”. A comparación de años anteriores, don Pedro ha notado que las ventas han bajado considerablemente, lo cual contribuye a la minoría de artesanos dedicados a elaborar piñatas. Finalmente, don Pedro espera la mejoría de las ventas. Junto a su familia celebrará la Navidad trabajando arduamente en el taller, pues quieren aprovechar la temporada al máximo. “Vamos a echarnos un taquito primero Dios, de lo que vayan dejando las ventas”.
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