Celuloide

Sherlock Holmes II: juego de sombras  ISRAEL LEÓN O’FARRILL  Guy Ritchie es un director que nos tiene acostumbrados a una narrativa vertiginosa e inteligente, mucho más cercana a un discurso de corte posmoderno que a la de las tramas tradicionales. Fue su ópera prima Lock, stock and two smoking barrels (Juegos y trampas, 1998) la que nos dio un atisbo de su humor ácido y de un manejo de cámaras muy al estilo de aquel visto en los videoclips; no obstante, en Snatch (Cerdos y diamantes, 2000) es donde podemos apreciar del todo su interesante propuesta, aderezada por un excelente reparto y un sentido del humor sumamente británico, muy a lo Trainspotting (La vida en el abismo, 1996) de Danny Boyle, ícono de toda una generación que indudablemente influyó en la forma en que se contarían las historias más adelante. Ritchie ha sabido encontrar su propia identidad y constantemente la vemos impresa en sus cintas, aun cuando se trate de proyectos cuya principal meta sea la taquilla. En 2009 ofreció una interesante visión del detective de la calle Baker en Londres con la primera entrega de Sherlock Holmes, que cuenta con las simpáticas y atrayentes actuaciones de Robert Downey Jr. como el detective y de Jude Law como su eterno compañero, el Dr. Watson. En esta segunda entrega regresa el trío Ritchie- Downey y Law en una historia que en verdad hace justicia a las novelas y cuentos de Arthur Conan Doyle, aunque dotada de la actualidad que Ritchie logra imprimirle con su muy particular manera de hacer cine. Hay acción, intriga, una buena dosis de humor y elementos excelentes a considerar: fotografía pertinente y bien manejada de acuerdo a su estilo, y un excelente diseño de producción con vestuarios, decorados y escenografías idóneas para retratar la Europa del siglo XIX… sin duda una cinta que merece la pena ser vista. De cualquier manera, Ritchie debe cuidarse de no caer presa de la franquicia como le ha pasado a varios antes y escapar de ella –como sí lo ha logrado Christopher Nolan que ha sobrevivido a Batman de manera sólida-; por el contrario, es de esperar que nos tenga preparada alguna nueva joyita de cine posmoderno que supere con creces sus entregas anteriores. De no hacerlo, caería irremisiblemente del lugar que ya tiene entre los directores más talentosos y prometedores de las últimas dos décadas. El tiempo dirá. Comentarios y consultas http://israelleon.wordpress.com/
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