VARIELALIA

Miguel Campos Ramos  El empecinamiento del presidente  Así, con minúscula, pues la nueva ortografía de la Academia da la opción de elegir la mayúscula o la minúscula para los tratamientos. Pero en este caso con mayor razón. Y es que al presidente Calderón el tema de la inseguridad se la ha convertido en un leitmotiv de su gestión. En el olvido quedaron sus ofertas de campaña (empleo, baja de impuestos, mejora salarial, entre otras). Y se ha afianzado con esta que lo único que ha propiciado es el armamentismo en el país a escala nunca antes vista. Ahora resulta que cualquier sujeto anda armado, ya sea para delinquir o para protegerse de los delincuentes. Y en los cuerpos de seguridad policíacos, el ejército y la marina armada, pocas veces hubo tantas armas. Una cosa es segura: si en campaña Felipe Calderón ha anunciado que “su lucha” sería la esencia de su gobierno, probablemente no hubiera sacado ni la mitad de los votos que obtuvo. Pero no nos habló con la verdad (bueno, a quienes votaron por él). Por eso, ahora que estamos en posibilidades de darle un nuevo rostro y un nuevo rumbo a nuestro país, todos debemos de analizar a fondo no las ofertas de campaña de cada uno de los aspirantes, sino sus verdaderas personalidades e intenciones, o al menos de adivinar, como en un juego de azar. No vaya a resultar que quien ofrece amor despierte los odios, sobre todo por el revanchismo lógico tras el robo del que fue objeto en las pasadas elecciones, que aunque ya no lo dice, continúa sintiéndolo, al igual que sus más cercanos seguidores. Asimismo, no vaya a resultar que quien tanto dice saber de economía, no pueda enderezar el entuerto de los impuestos, y, si gana, convierta a México en una España al estilo del recientemente ganador Partido Popular, que apenas tras las primeras acciones ya generó descontento y arrepentimientos. O bien que la mujer que dice hará alianza con sus congéneres, acabe siendo una gobernante frívola, cosmética e inepta, como ha sucedido con otras que ya han gobernado, verbigracia Amalia García en Zacatecas, Rosario Robles en el Distrito Federal, o Blanca Alcalá en Puebla. O que quien no da muestras de ser precisamente un conocedor de libros y literatura, acabe siendo simplemente un buen administrador del país, un buen presidente, pues. Por ahora, habrá que esperar once meses más de lo mismo, de spots almibarados y chifliditos que parecen diseñados para hipnotizar a los crédulos (como la flauta a las serpientes), para hacer creer que el país va sobre ruedas y que todo anda bien, cuando que por todas partes campea la inseguridad, pero no la del narco, sino la común, la de la calle, la manzana, la colonia, el barrio, sin que haya autoridad capaz de garantizar la tranquilidad del ciudadano de a pie, el que cada día sale a estudiar o a trabajar o a pasear y que lo único que espera es que no lo asalten, o que cuando vuelva a su casa no la hayan saqueado. A esa inseguridad no se refirió el presidente en su mensaje de año nuevo. [email protected] www.edicionesmagno.com twitter: @miguelcamposram blog: www.elpanoptico.bligoo.com.mx
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