EL ÚLTIMO GRAN MURALISTA

Desiderio Hernández Xochitiotzin ** Hace 90 años nació el hombre que plasmó toda la rica historia de su tierra en el palacio de gobierno de Tlaxcala Redacción Hombre humilde pero con personalidad animosa, Desiderio Hernández Xochitiotzin puso en alto el nombre del estado de Tlaxcala y de México. Figura relevante del muralismo mexicano, de origen tlaxcalteca, interpretó la historia de su pueblo plasmándola en las paredes del palacio de gobierno. Fue dibujante, pintor, grabador, escritor, arquitecto, cronista, catedrático, investigador y restaurador. Sus obras fueron expuestas en el museo del Vaticano y la Universidad de Harvard, entre otras, y tuvieron el reconocimiento de la Universidad de la Sorbona, Francia y de la Universidad de Estocolmo, Suecia. Nació en Santa María Tlacatecpac de San Bernardino Contla, Tlaxcala, México, en 1922. Se formó en la Academia de Bellas Artes de Puebla e hizo su primera exposición importante en 1947. Estudió la obra de artistas como José Guadalupe Posada, Agustín Arrieta, Francisco Goitia, en particular la obra de grandes muralistas mexicanos, en particular la de Diego Rivera. Perteneció a la segunda generación de los grandes muralistas del siglo XX y fue el último muralista al fresco que había en el país, dejando su principal obra en el palacio de gobierno de la ciudad capital de Tlaxcala, en el que plasmó toda la rica historia de esta tierra y al mismo tiempo demostró su gran sabiduría en materia de historia y cultura del lugar, por eso se destacó como catedrático y conferencista. En abril de 2006 el Congreso del Estado determinó otorgarle una pensión económica, además de concederle el título honorífico de “Embajador de la cultura tlaxcalteca”. Recorrió gran parte de Europa con este título mientras realizaba parte de sus investigaciones. En febrero de 1957 inició los murales del palacio de gobierno, los que sintetizan la historia local y despiertan gran admiración de compatriotas y extranjeros.
  • URL copiada al portapapeles