Historias de 35mm

Cine de guerrilla  H.F. PALACIOS Si leyeron el título y creyeron que me refería a documentales acerca del EZLN o películas biográficas del Ché Guevara, lamento decepcionarlos porque no es así, pero tampoco le den vuelta a la página, el tema es bastante interesante. El Cine de Guerrilla o Cine Guerrilla, es un tipo de cine independiente que se hace con muy poco presupuesto, usando el material y personal que se encuentren a la mano del realizador. Esto implica que las posibilidades son incontables, pudiendo utilizar cualquier tipo de cámara, al cuate como protagonista y por supuesto teniendo al creador del proyecto como director, escritor, productor y post-productor. Otra de las características principales de este tipo de cine es la toma rápida e in fraganti, así como la falta de permiso para locaciones. Debido a que no se cuenta con presupuesto y a que el propósito esencial es el de hacer películas, no dinero, muchos realizadores se valen del dicho “más vale pedir perdón que pedir permiso” para llevar a cabo sus rodajes. Por lo general cuando se van a rodar escenas en exteriores (sobre todo en sitios icónicos de una ciudad), los montajes de cámara, interpretaciones y filmación se hacen lo más rápido posible y sin avisar, de tal manera que no haya tiempo para que quien aparezca en pantalla reclame derechos de imagen o que las autoridades se enteren que los cineastas guerrilleros se pasaron los trámites por el arco del triunfo. Aunque en los últimos años las herramientas para crear Cine de Guerrilla han ido incrementando, el término no es nuevo. De hecho, algunos de los directores que actualmente trabajan en Hollywood tuvieron sus comienzos con el cine de Guerrilla. Quizá los casos más conocidos sean el de Robert Rodríguez y el de Darren Aronofsky. El primero de ellos, filmó la película El Mariachi (1992) con un presupuesto de 7 mil dólares. Inicialmente la película estaba pensada para el mercado del VideoHome mexicano, pero fue finalmente distribuida por Columbia Pictures. Por otra parte Aronofsky antes de películas como Requiem por un sueño (2000) y El cisne negro (2010), sacó adelante su ópera prima Pi, el orden del caos (1998), un thriller psicológico para el cuál contaba con 60 mil dólares (muy poco para un largometraje que posteriormente reuniría 3.2 dólares en taquilla). En caso que estén considerando la posibilidad de hacer sus propias películas al estilo guerrillero, no se necesita más que una cámara, entusiasmo y mucha creatividad. Aún así, unas cuantas sugerencias no están de más. Si lo que les preocupa es la cámara, el Cine de Guerrilla no discrimina, hasta la cámara del celular pueden usar. Para trabajos de mayor calidad, una buena opción es conseguir una cámara réflex o cualquier otra que grabe en 1080p es decir Alta Definición, ya que proporcionan una imagen que se acerca bastante a la de cámaras profesionales de 35 mm. En los últimos años, se han desarrollado una diversa cantidad de programas para edición de video y creación de efectos especiales, sólo es cuestión de elegir cuál se acomoda más al bolsillo. Si bien la mayoría de los trabajos hechos de esta manera son meramente videos aficionados, algunos han demostrado estar a la altura de películas de Hollywood, así que abran su mente e intenten tomarle gusto al Cine de Guerrilla.
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