VARIELALIA

Miguel Campos Ramos Concurso de lectura en Acatzingo  El pasado 16 de febrero estuve en la ciudad de Acatzingo, invitado por la maestra Guadalupe Pérez López, para participar como “testigo de honor” en el “Primer concurso de lectura en voz alta, nivel Secundaria”, en el Centro Escolar “General Rodolfo Sánchez Taboada”, del cual funge como directora general la profesora Teresa Planter. Fue una grata experiencia, pues la actividad consistió en la participación, “en pareja”, de un alumno-a y su tutor-a, quienes leyeron fragmentos de textos alusivos a la historia del municipio. En la primera fase hubo nueve parejas (tras una selección previa de mayor número de participantes), y primero leyó el alumno, y enseguida el tutor, cada cual un minuto y medio. Había que evaluar aspectos como entonación, intención, ritmo, articulación, fluidez y velocidad. De estos nueve “equipos”, tras la evaluación, pasaron cuatro a la segunda fase, la cual consistió en la lectura “a coro” por la pareja correspondiente de alumno y tutor. El alma de esta labor fue la profesora Edith Matadamas Sánchez, titular del área de Español y encargada de coordinar la preparación de los participantes. Me dio mucho gusto saber que en esta escuela se haya realizado esta actividad en pro de la lectura, a manera de animación de la misma, para inducir a los alumnos a acercarse a los libros. Fue la primera experiencia dentro del nivel de Secundaria, pero, según me comentó la directora general, se repetirá el próximo año, y probablemente (a sugerencia mía) dentro de seis meses. Además, procurarán hacerlo extensivo a los otros niveles del plantel, tanto Primaria como Bachillerato. En mi libro El poder de la lectura (Ed. Trillas), dentro de la profusa lista de más de 106 estrategias que planteo para inducir a la lectura, propongo precisamente los concursos de lectura en voz alta, y me dio mucho gusto ver que en la institución referida hayan coincidido con esta propuesta. Y es que la lectura en voz alta es más que una experiencia para desarrollar competencias de los alumnos (tales como la desinhibición de leer en público, el desarrollo de la fluidez verbal, el dominio del escenario, etcétera). Es en realidad una posibilidad de escuchar la voz de los autores originales de un texto. Es decir, los alumnos leen las palabras que un autor escribió y no se quedan (sobre todo en los niveles de Preescolar y Primaria) con la versión de los populares “cuentacuentos”, ya que éstos lo que hacen es una interpretación del texto original, en todo caso una recreación que, pese a ser digna de encomio, impide escuchar la voz de quien creó el texto, particularmente el literario. Por supuesto, los padres de familia que participaron merecen un reconocimiento, pues se han convencido de que su aportación en la educación de sus hijos va más allá de simplemente enviarlos a la escuela. Ojalá que la Secretaría de Educación Pública tome nota de esta experiencia. Por lo pronto, estoy invitado por la institución a impartirles el “Taller de lectura en voz alta” que desde hace meses vengo trabajando, efecto de pulir este primer esfuerzo de alumnos, padres y maestros. [email protected] www.edicionesmagno.com twitter: @miguelcamposram blog: www.elpanoptico.bligoo.com.mx
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