De la creación, al erotismo

Günter Petrak distingue las expresiones entre pornografía y la sensualidad Jesús SALMORÁN “La literatura erótica es una forma de expresión que ante todo juega con el deseo. El deseo es lo que resulta de poner a volar la imaginación, bueno para ser más simple te quiero decir que el mero acto de crear es erótico”. De esta forma inicia la entrevista con Günter Petrak, escritor de origen poblano, psicólogo, maestro en Letras, catedrático de la Ibero y charlista en una reunión sobre literatura erótica. Le pido explique la diferencia entra literatura erótica y pornografía. Responde con asombro: “no puede ser porno porque entonces no hay literatura y por el contrario, cualquier cosa que se centre en la genitalidad sin intención artística es pornografía”. “Inclusive, en la literatura se pueden utilizar palabras vulgares y no es pornografía mientras sirva a un propósito estético. El porno se caracteriza por desvincular a la persona del cuerpo, no tiene un propósito estético, es una actuación y no hay historia”. La charla con Günter tiene la característica particular de estar cargada de emotividad. Sus palabras buscan, a toda costa, profundizar en la explicación que uno escucha, tiene la particularidad de posesionarse del sentido emotivo de las palabras, por lo menos así parece. La siguiente pregunta busca ubicar la plática en el contexto social en el que vivimos. ¿La literatura erótica se contrapone con el catolicismo? -“La literatura erótica no se contrapone con el catolicismo; hay muchas expresiones eróticas en la Biblia, El cantar de los cantares, por ejemplo recuerdo un fragmento: hay leche y miel en tus pechos. Algunos poemas de Salomón son muy eróticos. Más bien yo creo que lo que sucede es que a partir de la Edad Media, la Iglesia vio en el cuerpo una amenaza porque alejaba a las personas de la espiritualidad, en la Edad Media la Iglesia trató de imponer el alma al espíritu como la única esencia de lo humano, incluso llegó a considerar que el cuerpo y el deseo eran expresiones diabólicas, por eso la quema de brujas y la inquisición que en realidad era una justificación para establecer un control social, esto generó frustraciones que se expresaron en perversiones… Freud diría: la represión a que se someten los sacerdotes por guardar la castidad termina por volverse una olla de presión y explota y lo hace de la manera más transgresora, la pederastia por ejemplo. ¿Günter, como psicólogo, cómo solucionar esto? -“No soy nadie para dar consejos, es una opinión, debemos pensar que somos cuerpo y alma, el espíritu se expresa a través de un cuerpo y este no tiene nada de pecaminoso, de diabólico. ¿A la Iglesia se le olvida esto? -“No es que se le olvide, yo creo que como uno de los poderes más grandes del mundo, pues es su forma de controlar. Michel Foucault decía y hablaba de la microfísica del poder: las penas corporales fueron una expresión ya madura del desarrollo de la civilización, a partir de controlar el estado de las personas; es decir de niño te enseñan a controlar tu cuerpo, tus instintos, se autocontrola y entonces el estado ya no tiene que intervenir en esto”. ¿Y puede haber perversión en esto? -“Pues hay perversión si entendemos la perversión como trastocar la norma y en ese sentido el ejercicio del poder es una forma de perversión, con ese propósito de control social”. ¿Actualmente, en nuestra sociedad el Yunque hace eso? -“Mira, no sé, aunque tengo 22 años dando clase en la Ibero y es una universidad jesuita, la verdad es que no conozco a nadie del Yunque, creo que están ligados a ciertas esferas del poder político y a el ala más conservadora de la Iglesia”. ¿La sociedad poblana acepta o no la literatura erótica, es conservadora, hay hipocresía en ella? -“Puebla desde hace 20 años ha estado acogiendo a gente de todo el país. Hay poblanas que escriben literatura erótica, esa es una muestra de que se está abriendo mucho la mentalidad de la gente en Puebla… Hasta aquí la dejamos porque tengo una charla sobre literatura erótica”.
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