VARIELALIA

Miguel Campos Ramos  Aguas con el agua Imagínese, estimado lector, un volumen de 2 millones 400 mil litros de agua. Mucha, ¿no? Pero si la cifra le parece muy abstracta, le comento que es un volumen equivalente a 120 pipas de 20 mil litros, o a 240 de 10 mil. Queda más claro, ¿verdad? Pero ahora imagínese que esta desmesurada cantidad de agua es diaria, y que es aproximadamente la que se utiliza cada día para lavar un promedio de 30 mil vehículos, esto sólo en Puebla. Si la cantidad de agua la extendemos a todo el país, la cantidad es tan grande que no deja lugar a dudas en que a ese paso pronto, muy pronto, escaseará. De hecho, ya está escaseando, según las informaciones, y por ejemplo en el DF han tenido que racionarla. Puebla podría pronto llegar a estas medidas. Para colmo de males, las políticas gubernamentales siguen privilegiando el uso y la compra de vehículos. No obstante estos datos apocalípticos, que advierten ya del riesgo de escasez, enfermedades y hasta guerras por el agua, podrían suavizarse si se impulsan medidas ecológicas que propicien el cuidado del nunca mejor denominado “vital líquido”. Hace unos días, en una de mis vistas al parque ecológico “Revolución Mexicana”, a donde suelo ir a correr, me encontré con la novedad de una naciente empresa llamada “Eco Wash”, orgullosamente poblana y que además está generando empleo, la cual tenía instalada una caseta (me informaron por cierto que ahí estarán gracias a un permiso que obtuvieron) promoviendo sus productos de limpieza para automóviles así como el servicio de “lavadores”. El punto es que esta empresa está promoviendo un producto que con sólo 700 mililitros de un líquido especial, combinación de materiales biodegradables, puede permitir la limpieza de 10 vehículos. Únicamente se tiene que humedecer un lienzo especial y el auto queda flamante, incluso resaltando su color original. Complementariamente, otro producto le da el brillo suficiente y hasta cubre la lámina con una sustancia que prácticamente hace las veces de encerado. Estos productos ecológicos permiten además absorber la grase que se adhiere a la lámina, así como a los cristales, permitiendo una mejor visibilidad. Ahora sí que, como se dice, “no me lo contaron, lo vi”. En efecto, lo probé en mi vehículo, que quedó flamante, mejor que tras un lavado típico callejero a base de agua o incluso de los autolavados a base de presión. El pasado sábado de celebró la Hora del Planeta, con el apagado de la luz durante algunos minutos. Esta es una buena oportunidad para que la Hora del Planeta sea diaria, preservando esos 2 millones 400 mil litros de agua que se van al caño para lavar los 30 mil autos sólo en Puebla. Para mayor información, quien esté interesado en estos productos y servicios, incluso para distribuirlos y, como dije, hasta para crear empleos (que tanta falta hacen pues el Presiden del empleo nomás no ha podido), pueden dirigirse con Gisela Rojas Agilar escribiéndole a: [email protected], o llamándola al teléfono 6502236. Por el agua y el planeta, vale la pena. [email protected] www.edicionesmagno.com Twitter: @miguelcamposram blog:www.elpanoptico.bligoo.com.mx
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