Artista retrata con sangre menstrual a desaparecidas

** Ángel Solano creó Sudario, la síntesis de un problema social cuya raíz es la violencia de género en México Agencias MÉXICO, DF.- Como un homenaje a las víctimas de feminicidios en el país, el artista plástico Ángel Solano creó Sudario, una serie de 28 retratos teñidos con sangre menstrual, inspirados en las fotografías que difunde desde 2001 la organización civil Nuestras Hijas de Regreso a Casa, fundada por familiares y amigos de mujeres desaparecidas y asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua. Es una síntesis de un problema social cuya raíz es la violencia de género en México, define Solano a su pieza, que se exhibe en el marco de la V Bienal Internacional de Arte Visual Universitario. Sudario, una de las 100 obras que conforman la Bienal, pretende poner el dedo en la llaga, asegura el artista originario de Tultepec, Estado de México, entidad donde se perpetraron 992 homicidios dolosos contra mujeres de 2005 a 2010, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. Ángel explica que su referente teórico es la francesa Julia Kristeva, quien en el libro Poderes de la perversión sostiene que “el excremento y sus equivalentes representan el peligro proveniente del exterior de la identidad, la sociedad amenazada por su afuera. Por el contrario, la sangre menstrual representa el peligro proveniente del interior de la identidad (social o sexual); amenaza la relación entre los sexos en un conjunto social y, por interiorización, la identidad de cada sexo frente a la diferencia sexual”. Solano reconoce que influyen en su obra el colectivo artístico de la década de 1990 denominado Semefo (Servicio Médico Forense), que trabajaba con fluidos y partes de cadáveres, así como la sinaloense Teresa Margolles, quien se presentó en la Bienal de Venecia 2009 con su exposición ¿De qué otra cosa podríamos hablar?, sobre la violencia provocada por el narcotráfico en México. Pero más allá del referente plástico, está el histórico. Según el autor de Sudario, su pieza artística se remonta a las telas que cubrían los rostros de los cadáveres. En concreto, el lienzo de Turín, Italia, que muestra el rostro de Jesucristo tras la crucifixión. De acuerdo con Solano, la figura del Cristo flagelado tiene una connotación doble: un asesinato que se adora pero a la vez tiene una conexión con el dolor humano. “Ninguna otra imagen religiosa ha conseguido llegar a ese extremo”. Las 28 imágenes de Sudario están dedicadas a las víctimas del “México herido”, en particular a Norma Andrade, fundadora de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, quien por su activismo ya sufrió dos atentados, uno en Chihuahua el año pasado, y otro en el Distrito Federal el 3 de febrero pasado. “La sangre en un determinado momento perderá su pigmentación por constante exposición a la luz y la obra estará completada en el momento que desaparezcan los rostros, y como metáfora de ese contexto social, me gustaría que en ese momento también no haya más asesinatos de mujeres”, remata Ángel Solano con una analogía entre su obra y la realidad social de su país.
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