Puebla, el sueño de una noche

  • Los emblemáticos edificios poblanos son un orgullo estatal; su trascendencia ha hecho colocarlos como Patrimonio Cultural de la Humanidad
 Parte 2 de 3  Redacción En el 481 aniversario de la fundación de Puebla, el festejo implica valorar los monumentos poblanos emblemáticos que proporcionan identidad y personalidad a la Angelópolis. En esta segunda entrega, revisamos algunos de ellos; ejemplos de conservación, otros con remodelaciones que respetan la arquitectura original, y unos más con reparaciones superfluas. Los años, el cambio climático, la naturaleza y el propio hombre han dañado su patrimonio histórico en una ciudad considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Catedral Edificada en 1575, para su consagración trascurrieron 74 años ubicados en el periodo de tres reyes españoles: Felipe II, Felipe III de España y Felipe IV. En 1640, el obispo Juan de Palafox y Mendoza instruyó modificaciones al templo para aumentar la elevación a la nave central por encima de las procesionales permitiendo el paso de la luz natural y darle un aspecto de estructura piramidal; el 18 de abril de 1649 concluyó su edificación. Partes del revocado de una de las paredes y el techo fueron las afectaciones que se originaron en la catedral, a mediados de marzo, después del sismo de 7.6 grados Richter que registró la ciudad. El retablo de San Roque también tuvo leves afectaciones. Palacio Municipal Anteriormente llamado Casas Consistoriales o Ayuntamiento. Fundada en 1531, su estructura se perdió al demolerse y reedificada con una airosa arquería de dos niveles en el año 1704. Charles T.S. Hall diseñó el estilo isabelino inglés de 1897 a 1906. Del edificio destacan el patio de doble arcada, la escalinata de mármol y los vitrales alegóricos a la ciudad. Alberga en la fachada una réplica del Esquilón San José (campana de Dolores) regalo del expresidente Adolfo López Mateos. El salón de Cabildos, de la época del renacimiento, tiene pinturas de Herrera Gutiérrez. La portada de la sala data de 1714 y el muro exterior porta la Cédula Real de la ciudad y el Escudo de armas. Puertas, ventanas, mesa y sitiales (sillones) de los regidores están trabajados en madera; la silla del alcalde es la más alta con el escudo de Puebla en el respaldo. La sede del Ayuntamiento sufrió daños el mes pasado a causa de los sismos: dos fisuras en uno de los arcos. Según peritos del INAH, sólo requería de la aplicación de cemento expandible y de mortero, sin que se tuviera a consideración el apuntalamiento. En menos de una semana presentó una nueva fisura en su fachada que se extiende por varios metros en el área de presidencia. Casa del Cultura La Casa de Cultura de Puebla fue fundada en 1595 como el Colegio de San Juan para instruir Filosofía y Moral. Cuando Juan de Palafox llegó a Puebla en 1640, integró el Colegio a San Pantaleón y San Pedro, creando de esta manera el Seminario Tridentino. En 1974, se determinó como sede de la Casa de la Cultura. El obispo Palafox donó su librería personal, de cinco mil volúmenes ante el notario Nicolás de Valdivia el 5 de septiembre de 1646, con el objetivo de que no sólo eclesiásticos y seminaristas tuvieran el privilegio de leer un libro, la biblioteca estaría abierta al público en general. La Biblioteca Palafoxiana, en 2005, fue incluida por la UNESCO como parte del Programa Memoria del Mundo. A diferencia de la intención de Palafox, los libros no pueden leerse. El visitante sólo recorre y observa el acervo. La Casa de Cultura presenta eventos artísticos, culturales, talleres y conferencias. Tiene un auditorio, sala de cine, librería y salas de exposición. Casa de los Muñecos La Casa de Muñecos recibió el nombre por las figuras humanas grotescas realizadas en talavera que aparecen en la fachada. Es una típica finca poblana del siglo 18, de tres niveles. Aunque presenta una sola fachada, se trata de dos casas. Ambas casas se comunican por los típicos patios virreinales, un amplio corredor de piedra con barandal de hierro en el tercer nivel, una balaustrada de cal y canto corona las paredes que conforman el patio. En 1835, se hallaba el almacén de hilados de Esteban de Antuñano. Durante el siglo 20, se instaló el primer cine en la ciudad de Puebla, El Lux, cuya adaptación constituyó alteraciones al inmueble. Cerró, por ejemplo, la entrada principal; el primer patio fue techado y decorado con cenefas de estuco y fue tapiado el arco de los dos niveles superiores para la sala de cine. También se ubicaron el Hotel Francia; el Hotel Monterrey con un boliche que obligó a techar el segundo patio; el Billar Puebla; la peluquería La Imperial; la Dulcería Salambo; el estudio fotográfico Sánchez; la tienda de artículos fotográficos de los Raboso; Foto Puebla; dos casas de huéspedes y el periódico La Opinión. Adquirida por la BUAP en 1984, fue restaurada durante tres años y el 10 de diciembre de 1987 abre sus puertas como el Museo Universitario. Edificio Carolino El Real Colegio Carolino del Espíritu Santo fue fundado por Melchor de Covarrubias en 1578. Los padres jesuitas, en 1819, dieron clases a diferentes colegios siendo éste el de mayor envergadura. Después de la independencia obtuvo el nombre de Colegio Imperial. En 1835 se le llamó Colegio del Estado, en 1937 cambió a Universidad de Puebla. En 1956 se fundó la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Sus salones principales son el Paraninfo y Barroco, además de la Biblioteca Lafragua que concentra libros antiguos. La escalera principal, de gran dimensión, está decorada con una serie de pinturas que recuerdan el patronato del Rey Carlos III. La fachada principal tiene un portón enmarcado en piedra de cantera con una placa dedicada al jesuita Juan Gómez; siete balcones con ventanas enmarcadas con jambas y resguardadas por forjas de hierro. En el interior del edificio se localiza el Escudo Nacional, el de la Universidad de Puebla y el antiguo del Colegio del Estado. El edificio ya no es recinto educativo, pero es ocupado para actividades culturales, conferencias, presentaciones y cursos. A pesar del desgaste de las bancas de madera del Salón Barroco, siguen fuerte, sin mostrar daños físicos después de los movimientos sísmicos en la capital.
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