VARIELALIA

Miguel Campos Ramos  ¿La educación y la cultura minimizan la violencia? El periodista brasileño Juan Arias, en el blog que escribe para el diario El país, hacía recientemente una reflexión en torno a si la violencia tiene que ver con la falta de educación. En otras palabras, se preguntaba si para que no haya violencia, simplemente se eleva el nivel educativo y ya, como por arte de magia el país está en paz. Traer a cuento esta reflexión es muy oportuno por el reinicio del ciclo escolar y porque cada día se recrudece la violencia, no sólo fuera de las escuelas, sino a menudo al interior de ellas. La hipótesis de Juan Arias es que no, definitivamente no es una ley que a mayor grado académico, o incluso a mayor cultura, se den Estados más pacíficos. Para ello, tanto la educación como la cultura tendrían que ser de excesiva calidad, y especialmente estar basadas en el humanismo y el respeto, y ya ni se diga en los valores éticos. El problema es que no es así, y se ha entendido por educación la elevación de los grados académicos, el uso excesivo de los medios electrónicos (internet), es decir, de las llamadas tecnologías de la información, y a ello han apostado muchos países, entre ellos Estados Unidos, por cierto uno de los más violentos del mundo. Y ya que de cultura hablamos, presumiblemente Francia y España son países cultos: Francia, vanguardia del arte; España, emporio editorial. Y sin embargo, son los dos países europeos (junto con Portugal) que se niegan a derogar la mal llamada fiesta más bella, el toreo, que sin duda es símbolo de violencia. La prueba que da Juan Arias es la declaración de un joven que apenas si escribe bien, pero que dice haber tenido, como muchos jóvenes, la posibilidad de volverse delincuente, drogadicto, es decir, de tomar el camino fácil, y sin embargo optó por ser hombre de bien, buscar un trabajo y vencer muchas dificultades, con tal de vivir en el respeto y en paz con los demás. Lo que él hizo fue resistir las tentaciones de lo fácil. Y ¿cómo lo consiguió? ¿Con educación, con cultura, leyendo libros, yendo a conciertos, visitando museos? No. Lo consiguió simplemente siguiendo los consejos de su abuelo y de su padre, basados en el trabajo y el respeto hacia los demás. Es decir, su soporte fue su familia. Lo que Juan Arias quiso demostrar con esa reflexión es que la educación actual no basta, e incluso no sirve, si no está basada en la ética, el respeto, en una palabra, el humanismo. Tal es la clave. Es algo como lo que ocurre en Finlandia y Japón. Educación de alto nivel, pero con humanismo. Recordemos lo que dice el director de Yacult México, Carlos Kasuga: “En Japón nos educan con el concepto de que si algo no es tuyo, es de alguien”. Y donde no hay educación de calidad, hay moral de calidad. Es decir, hay lo que nuestros abuelos llamaban simplemente “decencia”, y eso sí que evita la violencia. [email protected] www.edicionesmagno.com twitter: @miguelcamposram blog:www.elpanoptico.bligoo.com.mx
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