Legado filosófico de Umberto Eco

El pensador, comunicólogo y escritor italiano es considerado uno de los intelectuales más relevantes de la segunda mitad del siglo XX y comienzo del XXI  Agencias  Umberto Eco es originario de Alessandría, Piamonte, Italia. Nació el 5 de enero de 1932. A los 24 años defiende su tesis doctoral sobre La cuestión estética en la obra de santo Tomás de Aquino, que ya revela el alcance de su personalidad académica. Inició su carrera profesional en la televisión en 1955. Durante los siguientes tres años colaboró en diversas publicaciones. En 1963, con otros intelectuales italianos funda el Gruppo 63. Se inicia en la docencia en las facultades de Arquitectura de Florencia y Milán. En 1975 consigue la cátedra de Semiótica de la Universidad de Bolonia. En 1999 es nombrado presidente de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de Bolonia y en 2002, presidente del Consejo Científico del Instituto Italiano de Estudios Humanísticos. Ha sido profesor visitante de las universidades de New York, Northwestern, Columbia, Oxford, Harvard, Toronto, Sao Paulo, Río de Janeiro, La Plata y Buenos Aires, y del Colegio de Francia en París. Es doctor honoris causa por una treintena de universidades europeas y americanas y posee, entre otras distinciones, los premios Strega, Medicis, McLuhan y Príncipe de Asturias. Es autor de numerosos libros, traducidos muchos de ellos a las principales lenguas del mundo. Entre los de carácter académico destacan: Obra abierta, Apocalíticos e integrados, La estructura ausente,  Tratado de semiótica general, Semiótica y filosofía del lenguaje, En busca de la lengua perfecta, Kant y el ornitorrinco y Cómo se hace una tesis. Entre las obras literarias sus trabajados más reconocidos son: Diario Minimo I y II, El nombre de la rosa, El péndulo de Foucault, La isla del día de antes, La misteriosa llama de la Reina Loana y El cementerio de Praga, por mencionar algunos. Pensamiento crítico Su aproximación al mundo de la comunicación tiene varias vertientes, incluida su propia experiencia como trabajador de la Radiotelevisión Italiana. El mundo de la farándula, la televisión, la banalización mediática, la cultura popular y otros aspectos, servirán de argumento a textos como Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas, El superhombre de masas. Retórica e ideología en la novela popular, etc. La comunicación, incluido el despertar de internet, está no sólo en su obra escrita, sino en su permanente presencia pública, en conferencias, artículos periodísticos, intervenciones académicas. Entre las aportaciones teóricas de Eco destacan, ya en sus primeros textos, las contribuciones al desarrollo de una estética de la interpretación, en la que atribuye a la obra de arte un mensaje ambiguo, abierto a la subjetividad de la recepción, esto es a una pluralidad de significados dentro de un solo significante. La obra, el texto, conduce a un trabajo de interpretación, de invención, de proyección semántica, de colaboración del lector. Sólo el lector ideal sería aquel que descodificase el mensaje en los mismos términos en los que lo produjo el autor. Las relaciones entre el autor y el lector van a aparecer en diversos trabajos de Eco, como en el más reciente Los límites de la interpretación. Sus estudios sobre una estética de la interpretación, que van desde las primeras aplicaciones académicas de su tesis doctoral al análisis de los lenguajes experimentales del arte contemporáneo, se sintetizan en su obra La definición de arte. Las primeras aproximaciones a la teoría de la comunicación las hizo a comienzos de los años 60 del siglo pasado, en Obra abierta, en la cual retoma los trabajos seminales de la teoría matemática de la información de Shannon y Weaver, para emplearlos en el análisis de contenidos artísticos y literarios. Todo esto mide la cantidad de información transmitida, la entropía y la previsibilidad del mensaje, aspectos que no siempre se compadecen con la naturaleza sorpresiva, imprevisible y creativa del mensaje artístico, aspecto éste que también suele darse en el texto periodístico. La belleza estética se construye en el desorden, en la sorpresa. En Apocalípticos e integrados hace uno de sus análisis más conocidos sobre la proyección de los usos y consumos propios de la cultura de masas en distintos escenarios sociales. Los apocalípticos aparecen como una élite aristocrática, pesimista y crítica que refiere la decadencia cultural masiva, mientras que los integrados, sin cuestionarse la naturaleza de esos consumos y la identidad de quienes los inducen o sirven, participan plenamente del fenómeno y se impregnan de las trazas culturales dominantes. Otras obras Las formas del contenido El signo Cinco escritos morales Desde la periferia al imperio Los límites de la interpretación El número 38 premios Doctor Honoris Causa en todo el mundo 2000 año en que recibió el premio Príncipe de Asturias Premios Honoris Causa Universidad Complutense de Madrid Universidad de Tel Aviv Universidad de Atenas Universidad de Varsovia Universidad de Castilla-La Mancha Universidad Libre de Berlín Universidad de Sevilla En la versión cinematográfica El nombre de la rosa participaron Sean Connery, Christian Slater y Ron Perlman. Su obra Cómo se hace una tesis es un libro metodológicos de referencia para estudiantes de todo el mundo
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