Canciones que no son de Agustín Lara

 Documentos notariales señalan a María Teresa Lara Aguirre, hermana del músico, como autora de distintas piezas famosas de El Flaco de oro  Rodolfo PACHECO*  ¿Hasta dónde fue verdad todo esto?  Quienes conocieron a Teresa Lara Aguirre manifiestan que ella, junto con su demás familia, se reunía todos los sábados y domingos, en su casa particular, con amistades para llevar a cabo tertulias, peñas o pláticas en las que se cantaba y se escuchaban las nuevas canciones que había compuesto Teresa. Esto lo manifestó en diferentes ocasiones la señora María Guadalupe Muñoz de Cote, gran dama, amiga de mi familia Q.E.P.D. originaria de esa comunidad y conocedora de la estirpe del Lara Aguirre y de sus hábitos musicales. ¿Quién es y quién será quién, en relación a la autoría de la música que se atribuye a Agustín Lara Aguirre? De la autoría de Agustín Lara, conforme el viejo pero siempre nuevo Cancionero Picot que regalaban hace muchos, pero muchos ayeres, entre algunos, encontré las siguientes canciones: Amor de mis amores, Arráncame la vida, Aventurera, Callecita (letra de Ricardo López Méndez), Clave azul, Dueña mía, El organillero, Estoy pensando en ti, Farolito, Granada, Lamento jarocho, La prisionera, Madrid, María bonita, Mujer, Noche de ronda, Palabras de mujer, Pecadora, Piensa en mí, Puerto Nuevo (letra de Ricardo López Méndez), Rival, Santa, Se me hizo fácil, Silverio Pérez, Solamente una vez, Te vendes, Valencia, Veracruz, Volverás. No hay que olvidar que dentro de su repertorio musical "la legendaria España lo atraía tanto o más de lo que pudiera atraer la más bella de las mujeres" "No abdicó Agustín, cuando la crítica lo acusó de anti mexicanista; al contrario reafirmó su posición. Ya había dicho alguna vez que él le cantaría a quien quisiera, y ahora era España su musa predilecta. Así dio como hermana a Sevilla a Toledo" relato la señora Bruschetta. Algunos han expresado que el español José Elguero, le vendía canciones a Agustín que había compuesto sobre ciudades de la Península Ibérica, orillado por la situación económica en que se encontraba. Nunca hubo pruebas para esto, solo rumores, habladurías y cuchicheos. Agustín Lara Aguirre tuvo grandes rencores hacia la ciudad de Puebla. Algunas personas entrevistadas hace muchos años cuando se estaba arreglando el Barrio de San Antonio, que fue la zona cabaretera dónde se iniciara como pianista, me argumentaron que lo conocieron y que era poblano, que había nacido en Tlatlauquitepec, Puebla, que no aceptaba la naturaleza poblana, porque en este barrio le habían desfigurado la cara con una botella de cristal rota, por las manos de una prostituta llamada Estrella del barrio y le había cortado la mejilla. En muchas ocasiones, su negación era tal que siendo ya el gran músico poeta nacional e internacionalmente conocido, no se expresaba bien de Puebla y menos de la ciudad. El destacado locutor mexicano Jacobo Zabludovski infirió por la radio que Agustín se mandó hacer una acta de nacimiento falsa para ser "oriundo de Tlacotalpan, Ver", pero que él que lo había conocido y sabía que nació en México, en la Colonia Santa María la Redonda. Cicerón expresó: "Hemos nacido para unirnos con nuestros semejantes y vivir en comunidad con la raza humana", también el filósofo nos recuerda: "No hay nada hecho por la mano del hombre que tarde y temprano el tiempo no destruya". Lo anterior me lleva a escribir otro detalle que surge de la vida de Agustín Lara. Este firmó un contrato para trabajar en el Teatro Iris de la ciudad de México, como no fue posible alternar con el Samurái de la Canción Pedro Vargas, en su lugar estuvo "el orgulloso e indisciplinable Jorge Negrete. Desde un principio fue mutua la antipatía que los tuvo actuando en el mismo escenario, y que terminó con una completa ruptura", nos relata Angelina en su libro. La sorpresa amorosa que nos deparó el tiempo sobre dos exponentes de la canción. Uno, compositor y el otro, cantante. Los dos con importancia comercial, social y musical. Quién iba a pensar que con el tiempo los irreconciliables "enemigos" Agustín Lara y Jorge Negrete serían esposos, cada uno en su época y tiempo, de la rutilante estrella del Cine Nacional: María Félix. Agustín le obsequió la canción Acapulco, Jorge un collar de diamantes. Con fecha 2 de junio de 1971, la dependencia: Dirección General de Derecho de Autor. Sección. Depto. De Registro. Número de Oficio 2454. Expediente N-2/521.1(04) 52 "64" Dirigido al Sr. Luis Araujo Valdivia. Av. Morelos 31-Desp. 409 al 412. México, D.F. en el conducente expresa: Se recibió en esta Dirección General su escrito de fecha 2 de junio de 1971, por medio del cual solicita se le expida informe certificado de las composiciones musicales registradas a nombre de la señora María Teresa Lara, mencionando nombre y los números correspondientes a sus registros. Así es como: Mujer que conserva el embrujo de los ojos moros..., Murcia es la rosa de España... Toledo, mujer española con ojos de acero que el cielo besó... Yo fui la encantadora mariposa que vino a los jardines de tu vida... yo nací con la luna de plata y naci con alma de pirata... Son las redes plateadas un encaje tan sutil...  Poniendo la mano sobre el corazón... Noche de ronda, que triste pasas, que triste cruzas por mi balcón... Ya se va la clave azul... farolito que alumbras la noche... Granada tierra ensangrentada en tarde de toros... Acuérdate de Acapulco... Palabras de mujer que yo escuché... Silverio, Silverio Pérez... Se me hizo fácil... Solamente una vez ame en la vida...Y tantas musicalidades más brotaron del apellido Lara Aguirre, de Agustín y de Teresa. Que hable la historia y no yo. Que hablen los habitantes de Tlatlauquitepec, los viejos habitantes de esa comunidad norteña de Puebla, que seguramente dejaron a las nuevas generaciones su visión y conocimiento de la artística polifonía de Teresa Lara Aguirre, que vieron correr por sus campos al pequeño Agustín y lo homenajearon cuando en una ocasión estuvo presente, como el músico poeta mexicano. Que hable México y que las tradiciones y costumbres vivan una vez más cuando se escuchen las notas de un piano y unas manos delgadas, arranquen inspiración al tiempo para dejarnos constancia de su grandeza musical y humana. En este caso reitero: "Así se escribió una historia"
  • URL copiada al portapapeles