El Lirio, el sabor dulce de Puebla

Un rico y variado festín se elaboran con productos frescos, la mayoría de las golosinas nacieron en la cocina del convento de Santa Clara  Vidal PINEDA  Una de las calles más famosas del Centro Histórico poblano es la de los dulces, también conocido con el nombre de Calle de Santa Clara porque en ella se encuentra el antiguo convento de monjas clarisas, quienes desde el siglo 18 elaboraban deliciosos dulces. Actualmente, a lo largo de la Calle 6 Oriente hay numerosos comercios que ofrecen los populares dulces y hacen patente la tradición que sintetiza siglos de trabajo artesanal, creatividad doméstica y la rica imaginación conventual, como la dulcería El Lirio, la más antigua de esta ciudad. La historia de esta dulcería, famosa por su calidad y por que hasta la fecha fabrica sus propios dulces, se remonta a finales del siglo19, cuando Victoria Ortiz Torres decide abrir las puertas de su casa para ofrecerle a los poblanos y a los visitantes, el sabor típico de la entidad. Cuatro generaciones han pasado desde del la fundación de El Lirio. Rosy Aquino Hernández, actual propietaria, comentó al El Popular¸ diario imparcial de Puebla, que desde hace 115 años, esta empresa familiar continúa con la fabricación de sus propios productos, una tradición que lleva al paladar de los compradores las pruebas del dátil relleno de nuez, la ciruela rellena de almendra, los besitos de nuez, piñón y almendra, las manzanitas de leche, marinas de nuez, arrayán y los tradicionales molletes. “La dulcería es conocida por la calidad de sus dulces y por la tradición que tiene, por eso los visitantes nos buscan, porque también vendemos tortitas, el macarrón, muéganos y camote”. Sin duda, Puebla es reconocido por su rico y variado festín de golosinas que se elaboran con productos frescos y naturales, la mayoría de los dulces poblanos nacieron en la cocina del convento de Santa Clara, gracias al ingenio, dedicación y competencia entre las monjas para ofrecer dulces y galletas de formas y presentaciones originales, algo que perdura en El Lirio y aunque algunas de las más antiguas recetas se han perdido, la dedicación de las dulceras permite la existencia de este rincón culinario. Dulcería El Lirio se puede visitar en la calle 6 Oriente 204. Los dulces poblanos son una de las más bellas tradiciones. Preferidos por chicos y grandes, estos han sido referencia para alagar a invitados especiales, clientes, amigos y familias, convirtiéndose en un exquisito complemento en nuestra gastronomía. El DATO:   Todos éstos dulces deleitan el paladar y los sentidos. También sorprende la capacidad artesanal que se tiene para transformar frutas naturales en verdaderos manjares. LA LEYENDA: Se dice que el dulce del camote tuvo un origen un poco casual ya que en un convento de monjas, uno de los pequeños decidió hacerle una broma a una monja que tenía una olla al fuego; cogió un camote, lo echó a la olla, lo revolvió con azúcar y lo batió para que se formara una masa que fuera difícil de quitar a la hora de lavarla. Al poco rato llegó la monja, probó la revoltura y le gustó. Según de ahí nació este dulce tan reconocido a nivel mundial.   LOS DULCES: Dátil relleno de nuez. Ciruela rellena de almendra. Besitos de nuez, piñon y almendra. Manzanitas de leche. Marinas de nuez. Arrayán. Molletes. Camote.
  • URL copiada al portapapeles