Esencia de Iturbide en el Amparo

La exposición se estructuró en la incursión compartida en los archivos de la fotógrafa y a través de un prolongado estudio y una revisión de su trabajo  Vidal PINEDA  AMPAROUna serie de 23 piezas en blanco y negro de la reconocida fotógrafa mexicana Graciela Iturbide se puede apreciar en la sala de exposiciones temporales del Museo Amparo, recinto en el que el espectador puede conocer de cerca el recorrido fotográfico realizado por la artista que en el año 2008 fue distinguida con el más alto reconocimiento en el mundo de la fotografía al recibir el Premio de la Fundación Hasselblad. Miguel Cervantes, el curador de la muestra, semana en su texto de sala que la intención curatorial de esta exposición fue la revisión de la obra de los últimos quince años de la artista. “La abundancia y riqueza de los archivos ofrecen trabajos que son poco difundidos, a pesar de las exposiciones y publicaciones recientes, y abundantes inéditos, de alta calidad artística. En compañía siempre de la artista, su inspección y revisión se prolongó por varios mese”, señala. La obra de Graciela Iturbide ha implicado itinerarios transcontinentales: América, Europa, África y Asia, por lo que el curador reflexiona en torno a la obra de quien fuera alumna de Manuel Álvarez Bravo, y la califica como “Poesía visual compleja, plena de analogías, paradojas e ironías en la que la identidad misma de las cosas parece ponerse en juego, es sorprendida en un “equilibrio inestable”, en un instante de tránsito entre su ocultamiento y su evidencia. La fotografía para Graciela Iturbide ha sido siempre una forma profunda del conocimiento: el instante de la revelación”. Según datos del curador, la selección de exposición se estructuró en la incursión compartida en sus archivos, un prolongado estudio y revisión que permite una aproximación al trabajo de autocrítica para la artista, lo que dio como resultado una diversidad, novedad y excepcional sensibilidad visual que puede ser apreciada en el Museo Amparo. “Esta exposición nos invita a compartir los viajes visionarios de una gran fotógrafa, Graciela Iturbide: imágenes que sólo se revelan a la más alta forma del “ver”: la categoría de lo poético”. La colección que reúne el trabajo que la artista ha hecho en los últimos años, los cuales evidencian las obsesiones cambiantes de la mirada de Iturbide, “no los íconos, símbolos de una cultura común adoptados por disímiles movimientos y grupos sociales, los cuales se han ido desvaneciendo ante paisajes solitarios”. En el texto de Rosa Casanova, critica de la fotógrafa, se hace hincapié en que la formación que tuvo la artista con el maestro Manuel Álvarez Bravo y su conocimiento de la obra de los grandes fotógrafos del siglo 20 sellaron su predilección por la impresión clásica, en plata sobre gelatina, lejana de la inmaterialidad digital. No con el afán de mantener la tradición, sino porque forma parte integral de su lenguaje visual. La muestra de Graciela Iturbide se pueda apreciar en la sala de exposiciones temporales del Museo Amparo, ubicado en la calle 2 Sur 708, en el Centro Histórico de esta ciudad. La serie estará montada hasta el próximo 27 de mayo.
  • URL copiada al portapapeles