Rafael Bonilla vive en la Casa de la Cultura

Origen, memoria y destino es el nombre de la exposición con el que se rinde un homenaje al reconocido pintor de Cuautempan Luis DINORÍN Un total de 26 pinturas y 3 esculturas del pintor poblano Rafael Bonilla se exhiben al público en la Casa de la Cultura de Puebla, recinto en el que este fin de semana fue inaugurada la exposición que rinde homenaje a uno de los más grandes artistas de la entidad. La serie de obras conforman la exposición Origen, memoria y destino y son parte de la retribución social realizada por la nieta del artista, María Esther Gutiérrez Bonilla, tras obtener una beca otorgada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y hacerse acreedora a los beneficios que le otorgó el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Puebla en 2013. Rafael Bonilla Cortés (1924-2011) fue un prolífero pintor poblano cuya carrera despegó en los años 60, con un estilo abstracto, pero siempre, sin dejar de reflejar las condiciones en que vivían las personas que lo rodearon toda su vida, en especial de los indígenas nahuas. El maestro Bonilla nació en un pueblo llamado Cuautempan (en la zona de Huauchinango) aunque siempre se dijo originario de Tetela de Ocampo, donde fundó una casa-museo llamada Tlapalcalli, que al traducirse al español significa Casa de las pinturas o del Color. Un sitio que a su muerte quedó en manos de sus familiares. Aunque el pintor poblano fue capaz de manejar varias técnicas, es reconocido por su peculiar estilo en la acuarela y sus diversas aportaciones a esta técnica, entre las que destacan ser de los primeros artistas de su tiempo en plasmar el desnudo en ella y al que le agregó lo que se conoce como acuarela cortada, efecto que se lograba al agregarle un químico a cualquier obra y que le dio el toque único a su obra. Quizás el conocido por sus contemporáneos como Defensor del Indio Náhuatl, gozó de poco reconocimiento en su tiempo, pero dejó un eco en el medio por su versatilidad y enorme producción, entre la que se pueden contar 400 pinturas. Un poco antes de morir, el maestro Bonilla logró llevar su obra hasta foros tan importantes como la Galería Siqueiros en la ciudad de México y en repetidas ocasiones obtuvo el Premio Nacional de Acuarela. Considerado por la crítica como un incansable buscador de valores estéticos, Rafael Bonilla tampoco se sometió a las expresiones políticas de la época. A pesar de ello, se consolidó como un valor de la pintura mexicana, sobresaliendo en el campo de la acuarela, técnica de la que fue activo promotor y a la que legó diversos aportes. Bonilla se retiró de la pintura tras padecer una enfermedad que le afectó la movilidad de su brazo derecho. Tras un año de fundar la Asociación Civil que hoy lleva su nombre, el 7 de marzo del 2011 falleció. La exposición montada en Puebla arrancó antier y estará disponible en la parte alta de la Casa de la Cultura hasta el próximo 9 de febrero del 2014.
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