Scherer en cuatro momentos de su vida

En los años 70 convirtió al Excélsior en uno de los mejores diarios del mundo por su profesionalismo periodístico

Agencias

Nieto del banquero alemán Hugo Scherer –un viejo amigo de la aristocracia porfiriana–Su padre se llamaba Pablo y su madre Paz García.

A la par de su labor periodística, Julio Scherer García también fue un prolífico escritor, que supo trasladar sus detalladas investigaciones a libros publicados.

El director fundador de Proceso y, hasta su muerte, presidente del Consejo de Administración de CISA, la empresa que edita el semanario, se ocupó en sus libros de expresidentes, de la matanza de Tlatelolco, de las cárceles, de sus más renombrados presos, de los presidentes de Chile, Salvador Allende y Augusto Pinochet, y de temas como el de los secuestros y la delincuencia de menores de edad, así como en un par de ellos, a su vida, su única, de periodista.

  1. El golpe a Excélsior

Por su línea crítica en contra del gobierno de Luis Echeverría, éste logró que el 8 de julio de 1976 se realizara una asamblea que designó a Regino Díaz Redondo al frente de ese periódico. Sin embargo, poco antes de que se le sustituyera, Scherer abandonó el diario junto con sus colaboradores, entre quienes se encontraron Vicente Leñero, Carlos Monsiváis y Miguel Ángel Granados Chapa.

A ese hecho se le conoció como el “Golpe Excélsior” y es el tema del libro Los periodistas de Vicente Leñero.

Posterior a su salida de Excélsior, Scherer fundó junto con Leñero el semanario Proceso, que apareció el 6 de noviembre de 1976. En esa publicación, Scherer publicó diversas entrevistas.

  1. Revista Proceso

 

Durante su trayectoria como periodista y director de Proceso, Scherer dio vida a portadas que llegaron a generar una gran polémica en el mundo de la política mexicana.

 

  • Bajo su dirección, Proceso publicó portadas memorables como aquella titulada El hermano incómodo, del 19 de noviembre de 1994, acompañadas de una foto del exonerado Raúl Salinas de Gortari.
  • Otra portada fue La casa de Durazo en el Ajusco en julio de 1983, sobre las corruptelas del que fuera jefe de la policía capitalina en el sexenio de José López Portillo, junto a otro reportaje sobre El Partenón, una narco mansión construida para ese siniestro personaje en Zihuatanejo, Guerrero.
  • Recordada también es la portada de enero de 1983 con el título El refugio de López Portillo en Acapulco, cuyo reportaje en interiores se destacó curiosamente con la cabeza: “Una casita blanca de 2 millones de dólares en Puerto Marqués”.
  • Uno de los temas más relevantes al inicio del siglo fue“Soy rebelde, no revolucionario", entrevista que Scherer le realizó al subcomandante Marcos, líder del movimiento zapatista el 10 de marzo del 2001, en la que éste dijo a Julio que el EZLN no ofrecia una revuelta social, sino el reconocimiento de los pueblos indígenas.
  • Finalmente, otra gran portada fueEn la guarida del Maya Zambada, publicada el 3 de abril del 2010. En esta hace una entrevista a uno de los grandes capos del Cártel de Sinaloa, quien deseaba hablar con Julio, por lo que éste acudió a su llamado, lo entrevistó, y El Mayo -compadre de El Chapo Guzmán- le confesó que: "lo podían agarrar en cualquier momento… o nunca".

  1. Entrevistas

Cinco décadas de quehacer periodístico lo avalan. Sería complicado tener un registro completo de todas sus crónicas, reportajes, entrevistas y notas informativas.

Sin embargo, Scherer nunca dejó de reportear. Su pluma inquieta lo condujo a entrevistar personajes de la talla de Fidel Castro, el subcomandante Marcos, Augusto Pinochet, Salvador Allende, John F. Kennedy, André Malraux, Sandra Ávila Beltrán La Reina del Pacífico; a Daniel Arizmendi El Mochaorejas e Ismael El Mayo Zambada.

Esta última entrevista alteró las buenas conciencias. Que si era vocero del crimen, corrupto, traidor a la patria, apologista de la violencia. De todo le dijeron a Scherer. Elena Poniatowska escribió que Scherer le había confiado que uno de sus grandes lamentos era el no haber entrevistado a Nelson Mandela.

  1. Amistades literarias

Sus crónicas, libros, reportajes y entrevistas hablan de una ambición por contar el mundo que se desplegaba más allá de las fronteras mexicanas, en una época donde el poder y el resto de la prensa preferían mirar hacia otro lado.

Sus amistades en el mundo literario se encontraban Vicente Leñero, Gabriel García Márquez, Elenena Poniatowska, Carlos Monsivaís, Héctor Aguilar Camín, entre otros.

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