Mujer Bestia refleja la desaparición de féminas y violaciones a derechos humanos en busca de generar una cultura de denuncia Staff El Popular  Mujer Bestia llegó a Puebla para filmar escenas en el municipio de Atzitzihuacán. El eslogan de la película recita: “Porque callar no es una opción”, línea que Fernando Ortega, productor, y Noé Nolasco, director, han trasladado al tema de la trata de personas. La película tuvo su claquetazo inicial el 28 de enero en Naucalpan, Estado de México, y este martes 10 de febrero dieron paso a las grabaciones en el municipio de Atzizihuacán, Puebla. Mujer Bestia deriva de la obra teatral del mismo nombre, de la autoría de Noé Velasco, la cual retrata la situación de las mujeres dentro de la sociedad, un acercamiento a la historia puede sintetizarse en las líneas que reseñan la puesta en escena: “Vemos las peripecias no de una mujer, sino de la mujer en sí a través de la vida y en busca de ser escuchada. Mujer-bestia, perseguida, acosada, irrespetuosamente observada; mujeres que habitan en nuestro entorno en donde no sólo se les considera mujeres sino bestias explotables, de trabajo, peligrosas, pero ante todo inteligentes”. Sin embargo, en el traslado al séptimo arte se retoma esta problemática en el marco de la trata con fines de explotación sexual de mujeres, pero no sólo como un acto de exposición, si no de reflexión, señala Noé Velasco: “Si a mí no me pasa, no le pasa a nadie”, por lo cual buscan con el filme concientizar a la sociedad y que la meditación derive en que este tipo de casos no sólo sucede en estados como Chihuahua, sino que su proximidad puede ser tan cercana al grado de sucederle a un familiar. Ese es el caso de la primera actriz Ofelia Medina, quien encarnará a una madre que pierde a su hija y buscará por todos los medios localizarla sin importar el miedo y las trabas que deba saltar para lograr su cometido. No obstante, la historia profundiza en otros aspectos, como es el caso del periodismo y la denuncia. Kisai Maldonado tiene el papel de reportera, quien en busca de esclarecer los sucesos relacionados con la desaparición de mujeres termina con la misma suerte al descubrir nexos entre los ilícitos y las autoridades. La película está a cargo de la compañía productora Garamatuzo Films, fundada en 2010, la cual ha rodado el filme de manera independiente, sin recursos gubernamentales, sólo con el apoyo de los ayuntamientos de Naucalpan y Atzitzihuacán.