Pasan del terror a la sensualidad

 La directora y actriz Mónika Tovar inicia temporada de Cuentos para no dormir, lecturas dramatizadas de cuento erótico Mónica DELGADO Con el objetivo de mostrar un nuevo proyecto teatral en Puebla, la directora y actriz poblana Mónika Tovar inició temporada de su obra Cuentos para no dormir, lecturas dramatizadas de cuento erótico del Marqués de Sade. Con un cambio de género del terror al erotismo durante la obra el público es privado de la vista con el fin de afinar el sentido del oído y vivir un relato en las voces de los actores. “La gente es muy receptiva y participa muy bien con sus emociones, lo que para nosotros es bueno, pues eso significa que cumplimos la meta que tiene todo actor que es conectar con su público”, dijo la también actriz que en su primera función logró abarrotar el lugar donde se presentan. La obra cuenta con las actuaciones de Sofía Rivera, Humberto Feregrino y Manolo Espinosa, quienes previo a que el público deba cubrirse los ojos, presentan dos actos con dramatizaciones de los textos Besaste a Lilly y ¿Ha leido a Pirandello?, ambos originales del poeta y escritor Charles Bukowski, donde “el tema del sexo y el erotismo forman parte de la trama”, afirma su directora. Tovar comenta que hasta ese punto del montaje, los asistentes se muestran relajados, situación que cambia al momento de iniciar el acto donde deben cubrirse los ojos con un antifaz que se les entrega en la entrada de la función: “Lo que noto es que siempre hay un miedo a cerrar los ojos, a ponerse un antifaz y dejarse llevar, porque en ese momento están conectando con sus propias emociones”, dice esto, al tiempo que hace ver que esta misma situación se repitió en su montaje anterior, donde se leían cuentos de Édgar Allan Poe. Terror contra erotismo “La diferencia entre el terror y el erotismo puede ser que los textos de Sade les resultan incómodos a ciertas personas, sumado a la incomodidad del antifaz por no querer cerrar los ojos, lo que le significa al espectador el enfrentar ambas situaciones durante el montaje”, dice al momento de continuar la comparación entre la temporada anterior y ésta que acaba de iniciar. Añadió que aun cuando la obra no le debe significar al espectador una clase sobre sexualidad, sí es un punto de encuentro para las distintas maneras de hablar de sexo en nuestra ciudad. “Tenemos una comunidad muy grande lésbico, gay y transgénero, entonces creo que todos debemos estar preparados para abrirnos a una sexualidad plena sin tabúes ni prejuicios”, afirmó la también productora del montaje. Marqués de Sade De esto, Tovar comentó que días antes de estrenar la temporada a través de las redes sociales recibió algunos comentarios que mostraban un desacuerdo con utilizar las obras de Donatien Alphonse François de Sade, mejor conocido como el Marqués de Sade. “Preguntan por qué el usar los textos de un escritor misógino, quien humillaba y golpeaba a las mujeres, pero a nosotros no nos corresponde juzgar la personalidad del autor o de su vida privada, pero sí es nuestro trabajo el traer sus textos y dramatizarlos; cada quien se formará una opinión bajo sus propios preceptos”, concluyó.
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