El artista oaxaqueño mostrará óleos y grabados inspirados en Crucifixión, del pintor alemán Matthias Grünewald Redacción Un total de 11 óleos, 11 grabados y 1 video testimonial de la realización de una parte de la obra hecha en plomo, son las piezas que componen la exposición Los Ardientes, que el pintor Sergio Hernández, oriundo de Huajapan de León, Oaxaca, presentará en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba del 22 de mayo al 6 de septiembre. “Cuba cambia todos los días, me identifico con esta ciudad, incluso yo cambio lo que pinto o lo intento hacer diferente”, destacó Hernández y agregó que esta es la primera vez que expone su obra fuera de México, “expuse de forma colectiva y ahora es individual, a mis 57 años he alcanzado la madurez”. Inspiración Egresado en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, explicó que su serie de cuadros está basada en la obra Crucifixión, de Matthias Grünewald (1470-1528), la cual se encuentra en el Museo de Unterlinden de Colmar, Francia. Crucifixión es uno de los nueves paneles que componen El retablo de Issenheim, obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald, elaborado entre 1512 y 1516, que consagra a san Antonio y proviene del convento de la orden de los antoninos o antonitas en Issenheim, al sur de Colmar, que se dedicó a asistir a los enfermos que padecían de fuego de san Antón. Hernández recordó que el pintor Francisco Toledo le recomendó ver la obra de Grünewald. “Toledo me contó la historia de la pintura, me apasionó, la vi y me dio vueltas muchos años”, por lo cual reconoció que ha realizado un largo trabajo de observación para llegar a descifrarlo y agregó: “Lo que veo en ella son temas que percibo contemporáneos, donde todo arde: la economía, los héroes humanos, todo tiene una referencia a que arde, lo que quise tocar destruyendo la imagen, deformándola en el dibujo”. Basado en dicha obra, Sergio Hernández realizó en los últimos cuatro años la serie Los ardientes, que pintó con cinabrio. “Es un material difícil de conseguir y de trabajar, pero que da una hermosura con su textura oxidada. Yo encontré el cinabrio en una vieja tienda en Francia y ahora está prohibido por lo tóxico”, aseguró. Exposición Sergio Hernández aplica el cinabrio a gotas y con arenas sobre una tela de lino humedecida para que al deslizarse, la mancha roja sugiera el doble efecto de un sangrado y una ardiente quemadura. Luego le superpone una capa de cera o repetidos barnices y dependiendo de éstos, la tonalidad bermellón vira hacia el amarillo o al rojo ladrillo. El artista oaxaqueño indicó que Los ardientes es una referencia a los que morían por una enfermedad. “El monasterio de los Antonianos de Issenheim fue un pequeño convento donde los antonianos recibían a los enfermos a causa de un hongo que tenía el trigo y que rompía sus tejidos causando sangrado y la muerte, conociéndose como la enfermedad del fuego”. Sergio Hernández refirió que en su propuesta pictórica distorsiona las formas. “Hay un horizonte, un paisaje, una noche, nocturnos, y éstos son salpicados por lluvias, tormentas, personajes viendo al cielo. Este trabajo viene del dibujo blanco de los prehispánicos, donde el rojo es la vida y el negro la muerte”, aseveró. |