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Crónica periodística, un reflejo de mil realidades

Crónica periodística, un reflejo de mil realidades
ESCRITOR Crónica periodística, un reflejo de mil realidades

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Memorias del Crimen

El escritor argentino Leonardo Tarifeño acusa la escasa difusión del género; se debe retratar a personajes de varios estratos sociales y ambientes; exhorta a indagar en el escenario social del México contemporáneo Guadalupe JUÁREZ “En la medida en la cual te sorprendas, cuando haya cosas que no imaginabas y te ayuden a ver la realidad de otro modo, en ese momento es cuando te vuelves más fiel a la historia que vas contar”, señala el escritor argentino Leonardo Tarifeño, como un testimonio de su labor en diferentes medios de comunicación en América Latina y como un recuento de los escenarios que ha contemplado en los países que ha visitado. El escritor argentino fue uno de los invitados en el marco de la celebración de esta casa editorial en el debate La Pérdida de Identidad Nacional Mexicana como Problema Político y Cultural. Tres Perspectivas desde el Periodismo, quien manifestó su postura a partir de la mirada extranjera y, a su vez, protagonista de la construcción de una nación. En entrevista, el cronista y periodista cultural cuyos trabajos han sido publicados por Reforma, Letras Libres, Gatopardo, Rolling Stone (Argentina), SohoMéxico y el diario argentino La Nación, además de Extranjero, obra periodística distintiva, conversó sobre la crónica periodística, género que aún no es contemplado por diversos medios debido a que los aspectos editoriales de un diario opta por entablar foros o impartir talleres, sin embargo, evitan abrir un espacio a este género periodístico, relató el escritor. En ese sentido, el cronista señaló: “La crónica se usa en los medios, como decía Juan Villoro, como ideología. Cuando alguien habla con un director sobre la crónica te dice ‘qué fantástico, qué maravilloso, hagamos un congreso o un debate’, sin embargo, no optan por desarrollar este género periodístico pero sí para realizar un debate, lo cual provoca que en muchos lugares haya libros-formato para periodistas. El periodismo hasta ahora está cambiando su formato de papel a lo digital, las redacciones están cambiando y el periodismo también; por lo anterior, la crónica está en esa transición. Hoy publican crónicas pero no es una tendencia ni es favorable”, lamenta el escritor. — ¿Qué necesita un reportero para escribir una crónica? “Para poder escribir una crónica lo que necesita básicamente es la calle. Intentar convertirte en alguien de confianza para la persona que vas a entrevistar o intentas retratar; hacerte merecedor de su confianza, de verdad, y no hacer algo por ingenio o simular que mereces su confianza. Si vas a hacer sobre un barrendero de la calle, vas a aprender cosas del que barre la calle, por más que sea un letrado o no. Es la historia del personaje lo que vas a retratar y vas a convertirte en eso”. —¿Cuáles son los personajes que menos aborda la crónica? “Siempre se hace crónica sobre los desheredados, los desposeídos y eso está bien porque se le da voz a esas personas, pero también hay que hacer de los ricos o los poderosos. Ellos también deberían de ser objeto de nuestras crónicas porque deberíamos de entenderlos. No quiere decir que los justifique; la gracia del cronista es que debes de disfrazarte o convertirte en distintas personas, ya sea en el rico o el pobre, el poderoso o en el que no tiene nada. “Por ejemplo, puedes hacer una crónica de un violador y el de la víctima. En el caso del primero no significa que justifiques al violador el criminal que es, pero debes de entender por qué él hace eso, ese es nuestro trabajo. No decir que el violador es malo, eso ya lo sabemos, lo que hay que decir es por qué hizo lo que hizo. Necesitas ser una persona capaz de entender todo eso y no sólo la realidad que te gusta, esa realidad que sólo ves” — ¿Cómo ganarse la confianza de ese personaje? “Convirtiéndote en aquella persona que merecería esa confianza. Vas a tener cinco minutos con mucha gente y en realidad debe importarte hablar con ella pues esa persona va a sentirlo, va a saber que en realidad le importas. Habrá muchas crónicas de rutina y algunas no. En esa, en la que importas debes de dar algo de ti mismo, algo que sea tuyo y te haya llevado a esa historia. “Es como cuando eres amigo de alguien, algo de ti se refleja en esa persona. En una crónica es una empatía con el personaje, pero lo mejor es cuando no tiene nada que ver contigo, cuando es una persona que tú nunca serías, ya sea el delincuente, el asesino, el criminal, el poderoso, el impune, el analfabeto, el que no lee ni un libro en su vida y es presidente de tu país”.
  • ¿A qué se atreve un cronista a diferencia de un reportero?
“(El cronista) es capaz de contar lo bueno y lo malo, lo que le gusta y lo que no le gusta, pero debe de tener calle, conocer el barrio, ser el jefe y el esclavo. Es una escuela de vida y tienes que estar dispuesto, si quieres, al peligro de tratar de dibujar la realidad. Ser capaz de entender eso aún con la gente que no estás tan próxima”. — En determinado momento, ¿se llega a cruzar alguna línea al involucrarse en una historia o ganarse la confianza del personaje que deseas sea protagonista del texto que vas a escribir? “Cruzas la línea todo el tiempo, nuestro trabajo es colectivo pues mucha gente te rodea siempre. Es algo que tiene nuestro trabajo, no es de oficina, tiene que ver con la vida, con lo que aprendes y lo que ves. No hay que tenerle miedo a eso, a lo que hay que tenerle miedo es que el mundo sea sencillo y ya lo entendiste”.