Puebla, cuna de la Revolución Mexicana

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Memorias del Crimen

mural-riveraMónica DELGADO El 20 de noviem­bre de 1910 el pueblo mexica­no se levantó en armas en diferentes puntos del país, al grito de “Sufragio efectivo, no reelec­ción”, bajo el mando de Francisco I Madero. El levantamiento con­tra el latifundio y la dic­tadura de Porfirio Díaz comenzaron una guerra civil a favor de los derechos sociales que duró más de una década. Este 2015 se cumple 105 años del inicio de la lucha armada que sentó las bases para la cons­trucción de una nación democrática. Porfiriato Después de que el Pre­sidente Sebastián Ler­do de Tejada se decla­rara como ganador para un segundo periodo en el poder, Porfirio Díaz pro­clamó en 1876 el Plan de Tuxtepec, documento que justificó un movimiento armado para derrotar al recién reelecto mandata­rio, y donde se podía leer el lema: “Sufragio efecti­vo, no reelección”. Durante ese año Díaz apoyado por muchos par­tidarios y la mayoría de los ciudadanos que reco­nocían su grado de general se levanta en armas con­tra el gobierno de Lerdo, quien después de varias revueltas es obligado a huir del país. En una entrevista que Díaz da a James Creelman en 1808, dijo que los senti­mientos por terminar con el gobierno porfirista se ven crecer; relató Julio Patri­cio Eufracio Solano, sub­director de Investigación Histórica del Museo de la Revolución en Puebla: “Creelman traía un men­saje del gobierno nortea­mericano preguntándole si pretendía continuar en el poder, y Porfirio Díaz se da cuenta de que está siendo ya cuestionado por el gobierno norteameri­cano y con el gran colmi­llo retorcido que tenía, les da a entender que no, que él ya está en su término y que va a aceptar al que venga como gobernante” y agregó: “Entre las per­sonas que le creen, están dos personas con la posi­bilidad de liderar grupos para tratar de ganar la pre­sidencia: el general Ber­nardo Reyes y Francisco I Madero”. Puebla y los hermanos Serdán Aunque el Plan de San Luís, proclamado por Francisco I Made­ro, señalaba el 20 de noviembre de 1910 para levantarse en armas, el 18 de noviembre Miguel Cabrera, jefe de policía de Puebla, acompañado de un pelotón de gendarmes inten­tó entrar a la casa de Aquiles Ser­dán, ubicada en Santa Clara 4, para catearla en busca de armas y propa­ganda a favor de Madero, pues en septiembre de ese mismo año las autoridades habían cateado su casa y ante los rumores del levantamien­to, Cabrera llegó con una orden de cateo más minuciosa; pero los Ser­dán resistieron la orden. Los hermanos Serdán habían acumulado armas para participar en la lucha revolucionaria por lo cual deciden enfrentar a los gen­darmes a tiros. Filomena del Valle, esposa de Aquiles; así como Car­men Serdán, salen al balcón de la casa y gritan: “¡Poblanos! Los que están allí van a morir por el pue­blo, vengan a ayudarles; aquí hay armas. ¡Viva la República!”. El enfrentamiento duró varias horas y el gobernador Mucio P Martínez tiene que llamar a más de mil soldados para allanar la casa. Solano relató que Aquiles se escondió en una especia de sóta­no en la sala de su casa, lugar que usaban para esconder armas, el cual estaba simulado con la duela del piso. Al no encontrarlo, Carmen Serdán, Carmen Alatriste, Filome­na del Valle de Serdán y los que no murieron en el combate son arres­tadas y puestos en prisión durante los siguientes cinco meses. Sin embargo, en la noche del día siguiente, “a eso de las 22 horas, en el intento de Aquiles por escapar, hace algunos ruidos, por lo cual las autoridades piden refuerzos, entonces con casi medio centenar de policías cerca la casa y al filo de las 2 horas, se piensa que Aquiles se da cuenta que su escape se com­plicó, por lo cual aprovecha la obs­curidad para tratar de huir, pero es descubierto y asesinado con dos disparos, uno en el cráneo y otro en la sien”, señaló Julio Solano. “Su cuerpo es trasladado a la misma Penitenciaría de la Mer­ced donde serían encarceladas las Serdán. Es el diligenciario quien hace una descripción pormeno­rizada de los testimonios de los policías, documentos que dieron la pauta para saber con exacti­tud lo que sucedieron esos días”. Movimiento revolucionario Con la muerte de Aquiles Serdán, e declara como descabezado en cua­tro horas el movimiento anti-ree­leccionista en Puebla, lo que lleva al gobierno de Díaz hacer alarde en los medios oficiales de su logro, pero dos días después, el 20 de noviembre de 1910, en el país se registran 13 levan­tamientos armados. Es en el norte de México donde la Revolución toma fuerza. El 6 de noviembre de ese año, Madero ganó las elecciones y es nom­brado Presidente de la República. Su mandato se caracterizó por mejorar las condiciones del pueblo, sin llegar a satisfacer todas las aspi­raciones que propiciaron el movi­miento revolucionario. El 25 de noviembre de 1911, Zapata lanzó el Plan de Ayala, que desconoce al presidente Madero, exige la reden­ción de los indígenas y la repar­tición de los latifundios creados durante el porfiriato. El 19 de febrero, Victoriano Huerta, apoyado por el embaja­dor estadounidense Henry Lane Wilson, se hace de la presidencia del país después de obligar al pre­sidente Francisco I Madero y a su vicepresidente, José María Pino Suárez a firmar su renuncia, para asesinarlos tres días después. Hasta ese momento, los zapatis­tas tenían dominada gran parte de los estados de Morelos, Estado de México, Guerrero, Puebla y Tlaxcala; por eso es que Huerta trata de hacer un pacto con Zapata, al tratar de evi­tar otro frente en su contra como el que ya tenían Carranza y Maytorena; Zapata rechazó la oferta de “los ase­sinos de Madero”, como él los llamó. “El Plan de Guadalupe, que es el plan de acción con el cual Carran­za desconoce el gobierno de Huerta. Así Carranza, con una serie de oficia­les, tenientes coroneles, capitanes y demás, firman ese plan y se repliegan a los lugares donde obtienen fuerza para crear el Ejército Constitucio­nalista que va poco a poco a vencer a Victoriano Huerta”señaló Solano. Dicho plan es apoyado por Villa, quien ya había participado en la revo­lución en un plan más de bandolero que como jefe militar, situación que cambia al estar del lado de Carranza. Victoriano Huerta se ve sobre­pasado por los distintos grupos revolucionarios que actuaban en su contra, por lo que el 15 de julio de 1914 renunció al cargo. Con la victoria de los consti­tucionalistas al mando de Álva­ro Obregón, villistas y zapatistas entrarían en descomposición. Con el asesinato de Carranza, el poder paso a manos de los genera­les Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles; este último en 1929 fundó el Partido Nacional Revoluciona­rio, conocido hoy como el Partido Revolucionario Institucional (PRI).