Fallece Sarah Minter

La artista empezó a destacar en los años 80, cuando el videoarte era un género poco conocido y dominado por hombres Agencia El Universal Sarah Minter, pionera, docente y difusora del videoarte en México falleció el pasado jueves. Así lo informó el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, a través de su sitio de Facebook. Nacida en Puebla, en 1953, Minter fue una de los precursores de la cinematografía experimental en México a pesar de ser una práctica poco extendida y dominada por hombres. A inicios de la década de los 80 eligió y adoptó el audiovisual como forma de lenguaje, con películas en 16 mm entre las que destacan San frenesí (1983), Nadie es Inocente (1987), Alma Punk (1991-1992) y El Aire de Clara (1994-1996). Su obra se caracterizó por constituir una mirada afectiva que expresó interés por las relaciones del individuo con lo social, lo político, la urbe, el cuerpo y el goce. Minter disfrutó observar diversos momentos cotidianos para captarlos, ya sea para darles un nuevo significado o sólo para mostrarlas en pantalla. La artista poblana eligió el video por la necesidad de encontrar un medio flexible, práctico y económico que le permitiera libertad de producir y editar. Su vinculación al videoarte en México no se limitó a su propia producción, sino que también trabajó como docente y participó como jurado en festivales y concursos. A partir de los años 90, de manera paralela a su producción artística, impulsó diversas iniciativas pedagógicas y de difusión en torno al video como La sala del deseo, En el centro de la imagen, y el taller de video en la escuela de pintura, escultura y grabado La Esmeralda. Minter fue premiada por las fundaciones Rockefeller, MacArthur y la Angelica Foundation; también por del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). Fungió como jurado del programa Media Arts de la Fundación Rockefeller, de la Fundación MacArthur y del Fonca, que la nombró miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. También formó parte del grupo de teatro del director argentino, Juan Uviedo (1930-2009) quien creó el Taller de Investigaciones Teatrales (TIT) en los años 70 durante la dictadura de aquel país. Su obra se exhibió en México, Cuba, Estados Unidos, Alemania, España, Argentina, Perú, Francia entre otros. El 14 de marzo de 2015 el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM exhibió la muestra Ojo en Rotación, una retrospectiva de su obra. Primer y único recorrido Ojo en rotación: Sarah Minter, imágenes en movimiento 1981-2015 fue su primera exposición retrospectiva. En ella se reunieron 14 piezas, entre videos y videoinstalaciones, acompañadas de un programa de cine donde se concentró la mayor parte de sus largometrajes. La exposición se integró de 14 piezas, siete video instalaciones y siete videos, además de material inédito; contó también con un programa de cine paralelo y una publicación sobre la obra de la videoartista, que incluye textos de Cuauhtémoc Medina, Karla Jasso, del colectivo Pablo Calletano y una entrevista que le hacen las curadoras de la exposición. Sol Henaro, una de las curadoras de aquella exposición relató una anécdota sobre la vocación de la directora: “En 1981 se fue a Estados Unidos y se trajo cargando en la espalda su primera máquina de tres cuartos, lo que le costó lesiones en su columna.” Henaro recalcó que a la artista le tocó vivir la disputa entre el ámbito cinematográfico, el arte contemporáneo, y ser uno de los agentes que gano un territorio para el medio del video. “Escogí el video porque quería romper las barreras que existen en el medio, en la forma de percibirlo; mucho de mi material tiene que ver con documental, pero no es realmente documental ni realmente ficción, es un hibrido que busca y explora.” Explicó Minter. Nadie es inocente, 20 años después En el marco de la exposición Demo Punk: Alternativa y Resistencia del Museo Universitario del Chopo, el 7 de mayo de 2015 se proyectó el documenta Nadie es inocente, 20 años después, un ejercicio fílmico con tintes documentales. Pablo El Podrido Hernández, Rafa Punk Rojas, el Cienfuegos, El Costras, El Moroco y El Búho tienen entre treinta y cuarenta años y tres cosas en común: crecieron en Ciudad Neza, pertenecieron a la banda Los Mierdas Punk y fueron protagonistas de un documental que se combinaba con la ficción realizado entre 1985 y 1986 por la misma Minter, que se llamó Nadie es inocente. Veinte años después, la directora volvió a Neza y creó nuevos mapas visuales de la ciudad en la que estos personajes crecieron, revisa sus logros, esperanzas y las cosas que cambiaron respecto a su pasado y sus sueños de juventud. El documental habla además de las frustraciones, de migración y de las nuevas generaciones.
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