Tiñe Mon Laferte con el rojo de su música a Puebla

La cantante chilena se apoderó de los oídos de sus seguidores poblanos con el Amárrame tour

La noche del pasado viernes, la Angelópolis estuvo matizada por una tonalidad de color rojo, a pesar de lo gris del cielo. Afuera del Auditorio Metropolitano se pudo percibir una textura rojiza, debido a la llegada de seguidoras de la cantante chilena Mon Laferte, quien se presentó con el Amárrame tour 2017.

Fotos: Karen Rojas

Eran las 21 horas, la multitud de voces en el espacio poblano se incrementó cuando una luz en el escenario abrió el concierto y se escuchó un acorde de la guitarra de la cantante argentina Daniela Spalla, quien abrió con la canción Estábamos tan bien.

"Muchas gracias qué emoción de estar en Puebla abriendo el concierto de Mon Laferte, a quien admiro mucho", refirió.

Sonó Vete de una vez y el auditorio seguía brillando con una multitud de mujeres vestidas al estilo de Laferte, donde el color de sus prendas entintaba de pasión el auditorio.

La argentina hizo un cover de Ángel Cabral, llamado Que nadie sepa mi sufrir, la cual se dio a conocer en México por La Sonora Dinamita. En punto de las 21:30 horas concluyó su participación.

A las 22 horas, aparecieron en el escenario seis músicos vestidos con trajes amarillos, entre ellos estuvo Néstor en el trombón, Fermín en el bajo y Aldo en la trompeta.

Los acordes del guitarrista trajeron recuerdos de sonidos de los años sesenta del siglo pasado, pero un riff contemporáneo lo rompió, en ese momento apareció, luciendo un vestido rojo, Mon Laferte, quien de inmediato tomó su guitarra eléctrica blanca y soltó los primeros acordes de la noche. El guitarrista mantuvo el suspenso con un palmmuting que se disolvió con un sonido de distorsión y la voz aterciopelada de Laferte.

Si tú me quisieras se apoderó de los oídos con un peculiar sonido de armónica, catapultado por un ritmo que remite a la cabalgata terciaria del blues.

"Los extrañaba", dijo la chilena y el auditorio se unió en una sola voz conmovida. Después siguió con Primaveral.

La cantante recordó las noches qué pasó en Puebla en casa de uno de sus músicos, que es poblano. En ese momento, invitó a todos los presentes a disfrutar la vida.

"La siguiente canción se la escribí a mi abuela, de ella aprendí a cantar", dijo antes de entonar El cristal. Después de esto se sintió en el ambiente un ligero dejo de melancolía.

"Un día de insomnio, recordé los consejos de mi abuela en la época en que la vida fue dura, pero dijo que debía perseguir mis sueños", confesó la cantautora y se afinó para iniciar la canción La trenza, la cual da nombre a su reciente producción.

Continuó con Yo te qui, que se distingue por sus reminiscencias del son jarocho. Vuelve por favor se sumó a la lista de canciones coreadas por la gente en Puebla.

En un breve intermedio, Laferte aprovechó para festejar el cumpleaños de su bajista en el escenario, e hizo cantar al auditorio Las mañanitas.

Los asistentes corearon las letras de Amor completo, Orgasmo para dos, Tormento y Amárrame. Laferte dio un salto en el tiempo al recordar a la llamada "reyna del Texmex", Selena, con Si una vez.

En una breve charla con su público, Mon Laferte agradeció a los poblanos por haberla salvado por la tristeza del día, ya que dijo había amanecido un poco triste.

Las luces se apagaron y la cantante dejó el escenario. A las 11:45, el trompetista regresó, una luz tenue lo iluminó mientras, poco a poco, aparecían sus compañeros de la banda y la cantante volvió a adueñarse del espacio para cantar Mi buen amor, canción del disco en donde se acompaña con Enrique Bunbury. Los seguidores no descansaron ni un momento y hasta el final se pudo escuchar el coro de cada una de las letras de Laferte. El concierto cerró con un remate emocional al ritmo de la canción Tu falta de querer. Después de un largo aplauso, poco a poco, se fue quedando solo el Auditorio Metropolitano, después de una noche llena de música y nostalgia.

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