Regresan poblanas a MasterChef
Berta López Garrido y la polémica religiosa Florinda Juana Ruíz, tuvieron una contienda con los sobrevivientes de la tercera temporada
En una reñida contienda, la ganadora de la segunda temporada de MásterChef y originaria de Zacatlán, Berta López Garrido y la religiosa poblana "Hermana Flor", de la primera temporada, compitieron con los actuales concursantes de MasterChef, transmitido por TV Azteca, en un reto de campo celebrado en Mineral de Pozos, Guanajuato. Ahí, Pablo, Julia, Honorina, Seila, Angela, Pastor y Cyntia, los concursantes sobrevivientes en esta tercera temporada esperaban el tradicional reto entre ellos. La conductora, Anette Michel, los sorprendió: la competencia sería contra los vencedores, así como los finalistas de la primera y la segunda temporada, entre ellos la ganadora de la segunda temporada, Bertha López Garrido, originaria de Zacatlán y la polémica religiosa Florinda Juana Ruíz Carapia, más conocida como Hermana Flor, en ese entonces cocinera del Seminario Palafoxiano de Puebla. Durante las presentaciones, no podían hacerse a un lado las tres polémicas actuaciones de la religiosa, la primera de ellas cuando sacó una salsa, fuera de los tiempos, en una extraña maniobra que fue captada por las cámaras y que le ganó un juguetón manazo de la chef Bety, una de las jueces más queridas de la emisión mexicana. El segundo momento chusco fue cuando, por intervención caritativa, en la versión junior de este afamado reality show, pidió a Maribel le diera de su azúcar a Emiliano, y el último, el la broma y chascarrillo por usar especies que había tomado del mercado de la cocina más famosa de México. El reto era simple, evocar la obra artística de Felipe Ehrenberg en sus platillos. Reto nada fácil para los concursantes: se trataba de un artista no conocido por los concursantes y con motivos que contrastaban, por ejemplo, la obra en la que aparece la representación de la virgen de Guadalupe y una imagen de Juan Gabriel, además de colores subversivos que mezclaban el verde y el rosa, por ejemplo. En las cortinillas del programa, la originaria de Zacatlán mostraba su alegría por estar de regreso en esa participación especial, toda vez que considera MasterChef como su casa. Los cocineros invitados vieron motivo la continuación de la mala fama por usar el color rojo como distintivo de su equipo, que desde la primera temporada ha sido utilizado por quienes resultan vencidos. Los actuales concursantes, usaron el color más benevolente, el Azul. La ligereza en los resultados fue mínima, los artistas que fungieron como comensales casi apuntaban a un empate, dos décimas fue la diferencia. El equipo azul se coronó y con ello dio ventajas a los actuales concursantes. Los cocineros invitados que representaron lo mejor de la primera y la segunda temporada de los adultos, fueron derrotados y de poco sirvió la sazón de la conocida religiosa radicada en Puebla y de la originaria de Zacatlán.
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