Shaimma Bethelemen: Interpretar esta cinta me ha mostrado la realidad

La actriz ha logrado abrirse camino en la pantalla, con participaciones en dos películas sobre el narco

Promete la actriz mexico-americana Shaimma Bethelemen poner en alto al cine mexicano y latinoamericano; participa en el largometraje Entre balas, viejas y loqueras, película que cuenta la historia de una sexoservidora, la cual protagoniza.

Conocida como La Diva de la Bahía, Bethelemen ejemplifica en la pantalla problemáticas sociales que se viven en todo el mundo, como el narcotráfico, la violencia o la prostitución, lo que le ha dejado una gran experiencia sobre la vida, además de poder trasmitir a la audiencia lo que es parte de la realidad. 

Nacida en la Ciudad de México y radicada en los Estados Unidos, la actriz ha logrado abrirse camino en la pantalla, con participaciones en dos películas sobre el narco: Los reyes de la mafia (en la que representa un papel de villana), y El director de la mafia. Regresa con este protagónico que se prevé salga a la luz en marzo a través de canales de televisión por cable.

A lo largo de su carrera, la también modelo y bailarina, ha logrado sortear muchas dificultades. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, platica la historia de su trayectoria artística hasta llegar al cine, en el que, dijo, se siente comprometida por representar no sólo un lugar específico del país, sino a todo México: "Estoy representando en México a toda mi gente, en plural, y eso es bonito porque estoy demostrando que soy trabajadora y que los sueños se pueden realizar".

¿Cómo das el paso de ser modelo y bailarina a actriz?

-Desde chiquita siempre tuve ese sueño de llegar a ser alguien en cuestión de la música, actuación, modelaje y, creo que Dios y el destino me lo fue poniendo poco a poco. Empecé imitando a Selena y a Límite en un programa de talento comunitario en el que se podía representar cualquier cosa de tu país, yo recién llegaba de México y no sabía ni decir "yes", pero dije: "Esta es mi oportunidad, yo quiero estar en una tarima", y le gustó a la comunidad. Luego empecé a hacer danza árabe e hindú; luego para grupos musicales. 

Estás ahora como protagonista en Entre balas, viejas y loqueras, pero tienes otras dos películas que hablan sobre el narcotráfico, ¿cómo fue trabajar en ellas?

-En ellas yo hacía de sicario, fue un poco divertido, pero también con pena por hacerla de mala, en primera no soy mala y nunca he sido mala, y el tener que hacer el papel me costó bastante.

¿Cómo se da tu conexión con el filme Entre balas, viejas y loqueras?

-Ahora tengo la oportunidad de trabajar con Don Pedro Rivera, el papá de Jenny, de la dinastía Rivera, eso para mí es bonito porque ya estoy con alguien de gran rango, superimportante. Me dieron la sorpresa de que iba trabajar con él y no pude decir que no, no lo pensé ni tres veces y dije 'perfecto'. Estoy emocionada porque actúo toda la película, con él trabajé de inicio a fin y nerviosa porque ya quiero ver cómo quedó.

¿Qué tan complicado fue meterse en un papel como éste, de una sexoservidora?

-Pues nada más de escucharlo, imagínate. Uno tiene el tabú del qué van a pensar, a pesar de que lo estoy actuando; pero obviamente es trabajo, me costó, tuve que leer el libreto varias veces hasta que me tuve que apartar. Me metí a un remolque, y me puse a tratar de vivir la película, adentrarme en el papel; leía la historia y pensaba la vida de una persona así, todos mis respetos para la gente que se dedica a eso. Me costó, pero lo logramos.

¿Qué sensación te dejó este protagónico?

-Sé que es mi trabajo, sólo es interpretar un personaje. Estoy contenta de que se me dio ese personaje porque no cualquiera lo lleva, hay gente muy profesional y que Lomeli Productions me haya elegido a mí, me da gusto. Interpretar esta cinta donde se presenta el narco, la violencia, la prostitución, me ha permitido ver la realidad, pero actuando y trasmitiendo lo que es parte de la vida real.

  • URL copiada al portapapeles