La actriz participa en la novela Doña Flor y sus dos maridos con el personaje de doña Tere; es una actriz sumamente preparada
El uso desmedido de los dispositivos móviles y las redes sociales han mermado el desarrollo del talento artístico en las nuevas generaciones. Así lo reconoció Elizabeth Guindi, artista mexicana que ha destacado de manera internacional en la música y en la actuación.
En su formación como artista estudió pintura y piano, para posteriormente especializarse en la música como chelista. Después estudió en Inglaterra y en París y se dedicó a la ópera, para después especializarse como artista. Actualmente es parte del elenco de la novela Doña Flor y sus dos maridos, donde personifica a Doña Tere, una señora chismosa, casada con un hombre machista.
En exclusiva con El Popular, diario imparcial de Puebla, Guindi destacó que el uso de celulares ha distraído a los artistas en todo el mundo. Dijo que a pesar de no estar en contra del desarrollo de la tecnología, los artistas deben concentrarse en su trabajo, además de tomarse un descanso para convivir de manera física con las personas. "En estas épocas la mística del arte se ha perdido. Por ejemplo, estás en un set, y ya no hay la mística de tu partitura, ya es el teléfono, la energía que hay en las redes sociales y toda una distracción mental que te desconecta." Lee: Los Santísimos Snorkels: Llevan 16 años de surfear en PueblaAunado a lo anterior reconoció que el gusto por la música en vivo también se ha perdido, por el fácil acceso que permiten los celulares a las canciones en internet, derivando en la falta de empleo para miles de artistas en todo el mundo. Reconoció que le fascina Puebla y toda su arquitectura tanto como su gastronomía, en especial el mole. Además adelantó sus proyectos a futuro.
En la novela Doña Flor y sus dos maridos, ¿qué tienen en común doña Tere y Elizabeth Guindi? -Lo chismosas (entre risas), te prometo que a veces estábamos en el cámper mi compañera y yo y decíamos, comadre no sabes de lo que me enteré, pero de la vida.
¿Qué podemos esperar de este personaje? -La primera instancia del personaje es la chismosa, la que todo critica, la que todo tiene que ver con Dios, con el pecado, con juzgar. Juzgo mucho a Flor,juzgo muchísimo el personaje de Flor que es una mujer que para un pueblo tan convencional se libera. Entonces al ser tan juzgona en mis juicios, de repente tiene un cambio que no me esperaba.
¿Las artes podrían ayudar a la sociedad a evolucionar? -Sí, claro. Si todo el mundo tuviera la oportunidad de cantar con un trío, de cantar con un guitarrista, de cantar y alegrar a la gente, eso es lo que te hace estar. (…) Antes de ir a la psicóloga; está el arte, la música, el baile. Es el único espacio de verdad que no está manipulado y que tú estás manipulando para darle vida a un barro, a una escultura, a lo que sea.
¿Crees que el uso de los dispositivos móviles pueda mermar el desarrollo del talento en la juventud? -Totalmente. Te lo digo porque también soy coach de actores.
¿Qué proyectos tienes a futuro? -Participé en Reinas descalzas (…) Trabajé en cárceles el año pasado con Arturo Moret, estuvimos en el Cervantino con una obra que se llama El cine y transmutación, y estuvimos con las presas. Ensayamos, convivimos, todo; sobre todo en Guanajuato. Y a partir de estos dos mundos, me gustó la idea de las reinas en las cárceles, pero es un proyecto que está en pañales. Y otro proyecto que tengo es acabar un disco que empecé, que ya me faltan cuatro canciones y ya.
¿Qué opinas del talento que hay en las calles? -Me hablo un amigo que cantó en El Metropólitan, amigo cantante, y me dijo, Eliza, no tengo trabajo. Y es uno de los mejores barítonos de México; me dice: no tengo entrada. Entonces se va a Dinamarca, para poder viajar a Berlín, para poder ir a los teatros allá,porque aquí no hay trabajo. Pero no es sólo México, es el mundo, tenemos que darnos cuenta todos que el mundo cambió.
¿Qué propones como artista para solucionar este problema? -Hacer menos basura. Hay tanta en el mundo… |